Opinión

¡Felices Fiestas!

Cierto que necesitamos evadirnos y “olvidar las penas” y que las Fiestas son la ocasión ideal para disfrutar de las cosas sencillas.

Cierto que necesitamos evadirnos y “olvidar las penas” y que las Fiestas son la ocasión ideal para disfrutar de las cosas sencillas. Recuperar el buen sentido y el sosiego, para que nos asombremos con la sonrisa de un niño, la emoción de escuchar una jota, el placer de estar con los amigos, el olor de la albaca en la procesión de Santa Ana.

 Pero otra cosa es lo que vemos hoy, ya que el ocio y la diversión se han multiplicado como nunca antes.

Casi todo el año es un permanente carnaval, a una semana de… le sustituye otro sarao de otra cosa. Estamos liquidando en gran medida la dimensión de perfeccionamiento humano, el sentido de celebrar las cosas después del trabajo duro de la cosecha, del participar de la vivencia del sentido religioso de celebración en honor del patrono, etc. Parece que para algunos sectores se ha reducido el sentido festivo a una mera evasión. Es como si se han convertido en consumidores del ocio tan sólo como una mera destrucción del tiempo.

 Para algunos sectores la desaparición de la tradición, o su transformación o reducción a meras actividades lúdicas de consumo, genera que existan ciudadanos que se sienten casi como extraños en su propio espacio vital, porque viven cada vez más en un tiempo vacío de significados. Parece como si la participación festera ya no tuviera como fin celebrar el presente, sino evadirlo. La Fiesta se transforma así, no en una posibilidad de perfeccionamiento humano, sino en una mera búsqueda de sensaciones que nos evadan de la realidad.

Para muchos, gracias a Dios, nuestras Fiestas siguen teniendo el significado de siempre, que es el que nos llena el corazón. ¡Viva Santa Ana y Felices Fiestas!