Opinión

Privado y público

Hace tiempo discutía a veces con un amigo algo progre. Él defendía que la vida privada de un político no resulta relevante en su vida política, que lo que cuenta son sus ideas. Yo que sí, que, por ejemplo, si alguien no es fiel en la vida privada, no es de fiar como político, porque es fácil que no sea fiel a las ideas que dice defender, ni a los que le votan ni al país. Y a la inversa. Podría objetarse que este paralelismo falla por ejemplo en casos como el de Pedro Sánchez, que parece fiel en el amor y en la amistad (colocó a su mujer, a un amigo de sus tiempos de estudiante o a Santos Cerdán...), y cuya vida política está llena de mentiras, es decir que es infiel tanto a sus votantes como a todos los españoles y a la verdad. Pero ocurre que lo que hay en la vida privada de Sánchez no parece ser la verdadera fidelidad, la que está dispuesta a sufrir daños por ser fiel a unos principios o a unas personas. Él no tiene principios a los que ser fiel, y su aparente fidelidad en lo privado es mero egocentrismo: es ser fiel a su ego y a los que ve como prolongaciones de ese ego (los suyos), anteponer su ego a todo.

Suele haber también correlación entre lo privado y lo político en aquellos cuya vida privada, profesional, es mediocre, con bagaje poco o nada valioso, porque en la política suelen ser también mediocres e ineficaces. Hace ya tiempo que bastantes partidos escogen líderes de bajo nivel, sin altura de miras, incapaces además de rodearse de subordinados más valiosos que ellos. Ocurre en los que gobiernan España y Navarra, por lo que no es raro que las cosas vayan cada año a peor.

Caso similar es el de los que en la política consiguen un sueldo superior al que son capaces de alcanzar en la vida privada y eso les engancha. Si presumen de defender a los débiles, no son muy de fiar, por ese priorizar su interés privado. Tampoco lo son si gestionan el dinero público como si no fuera de nadie o fuera propiedad privada suya y lo pudieran gastar a su antojo, porque el antojo suele consistir en llenar sus bolsillos privados y los de amigos y allegados dilapidando el dinero público Ahí están los 764 asesores de Sánchez (el que más) y los muchos puestos a dedo para familiares, novios, amigos y afines en muchos casos incompetentes, y en el caso de Podemos hasta condenados por la justicia (150 millones/año en sueldos a dedo). Mas en empresas públicas, chiringuitos, entes, observatorios… O aquí Chivite: para empezar 6,6, millones de euros más en su estructura del Gobierno que Barkos, que ya despilfarró con respecto a UPN. Luego una continua creación de cargos (incluso Bildu lo denunció). Para postre, el caprichito de una televisión pública: 18 millones de euros. Malgastan, nos empobrecen y endeudan. Mejorar su economía privada, eso sí, pero mejorar la sanidad, la educación, la industria, el empleo, el invierno demográfico, hacer el TAV, el Canal... eso, ¡bah!.

El PSN se ha contagiado del virus sanchista y presenta los mismos síntomas que Sánchez: pone por encima de todo su interés privado, su ocupar el poder y repartirse la tarta aliándose con lo mejor de cada casa, proetarras, recogedores de las nueces, provenezolanos... La fidelidad a unos principios o a su propio pasado político no existen. Con el mismo desparpajo mentiroso de Sánchez nos dijo Chivite que la “espantada” de Navarra+ le “obligaba” a negociar con Bildu (parecido Alzórriz), cuando el congreso del PSN aprobaba seguir pactando con los proetarras. Y dijo cosas inquietantes: “Vamos a por todas”. Ir a por todas suena a no ir a por un poder limitado, democrático, sino a por un poder total, totalitario. También aseguró que seguirá gobernando en 2023. Solo los dictadores están seguros de seguir gobernando. Puro sanchismo: chulería, cero capacidad de autocrítica y cero escrúpulos. Y digan lo que digan y hagan lo que hagan, pretenden ser superiores moral e intelectualmente: progresismo. Un timo.