Opinión

París bien vale una misa

Hay relación entre la famosa frase del título y nosotros porque quien supuestamente la dijo habría sido Rey de Navarra con el nombre de Enrique III de no ser por 1512, por el duque de Alba y por las tropas castellanas, vascas y beaumontesas navarras. Y además por lo que significa: el hugonote (protestante) Enrique abandonó sus creencias religiosas y se “convirtió” al catolicismo para conseguir sentarse en el trono de Francia y ser allí Enrique IV. La frase refleja su falta de principios religiosos, su oportunismo.

Lo que allí era París (el trono de Francia), es aquí la Presidencia del Gobierno foral y los muchos consejeros y cargos bien remunerados (desde 93.557 €/año, hasta 29.848) que dependen de quien ocupa el “trono” foral, en este caso del dedo de Chivite. La agencia de colocaciones “PSN S.A.” ha funcionado y los agraciados están felices. ¿Serían capaces la presidenta y sus consejeros de obtener en el mercado sueldos de unos 6.000 euros al mes? ¿Y los otros muchísimos cargos los suyos? Esto explica por ejemplo que así como para aquel Enrique sentarse en el trono de Francia bien valía renunciar a sus creencias religiosas, también aquí, para Chivite y el PSN bien vale todo para sentarse en el sillón de la Presidencia y en los sillones y sillas que le acompañan: desdecirse de lo dicho y hecho, formar un pentapartito de perdedores, y aliarse con proterroristas. Lo que fue la misa de Enrique IV ha sido aquí la alianza con Bildu, una especie misa negra.

Y una vez atrapada la gallina de los huevos de oro, Chivite no la soltará. Repetirá la operación si le dejamos. A la falta de principios religiosos de Enrique le ha correspondido aquí la falta de principios políticos y morales del PSN y de su jefa. Y en Madrid lo mismo, gobierno con Otegui, golpistas y podemitas. En ningún país de Europa pasa algo así. Y El Farsante se burla del pueblo crédulo diciendo que lo que hace es por el bien de España o que Alemania toma como modelo a su política. Macron y Draghi y el nuevo canciller alemán se han reunido para liderar Europa. A Sánchez lo excluyen. Lógico. Ésos no se dejan engañar. España con Sánchez, y Navarra con Chivite, son un cero a la izquierda.

En teoría tienen razón los que dicen que conviene que los políticos estén bien pagados porque de ese modo las personas brillantes aceptarán cargos y la acción política resultará eficaz, y porque la responsabilidad del gobernante es grande. Pero la teoría falla en la práctica en demasiados casos tanto en el Gobierno nacional como en el foral: ahí está por ejemplo su ineficaz Sanidad progresista, inclusiva, con perspectiva de género, bla bla bla. Y en cuanto a la responsabilidad, tampoco es su fuerte. Nos quitan más en impuestos que a los contribuyentes de otras autonomías (los agricultores y ganaderos denunciaron que aquí pagan el doble), y los índices de empresas que vienen o se van, de parados, de tiempo de espera para recibir atención médica, de libertad educativa de los padres etc, empezaron a empeorar con el cuatripartito de Barkos y siguen empeorando con el pentapartito. No son capaces ni de ver su incapacidad. Tal es su fatuo orgullo progresista. Chivite incluso se ha puesto chula y ha asegurado que será presidenta en la legislatura próxima. Por supuesto, pagando todos los precios que le exijan. El fin justifica los medios.

No parece que la frase del título pueda aplicarse a Esparza y los suyos. No se les ve dispuestos a todo para ocupar las poltronas del Gobierno. Al contrario, teniendo bastantes más parlamentarios que el PSN, ofrecieron a Chivite aprobarle los presupuestos y mantenerla sentadita en el Sillón durante toda la legislatura si no pactaba con Bildu. Eso significaba anteponer la decencia y el bien de Navarra al propio interés particularista. La de la misa negra dijo que no, y tras eso hasta se atrevió a acusar a los autores de esa oferta de haberse echado al monte, de haberse instalado en el “no” permanente. Sanchismo (falsedad y cara dura) en estado puro.