Opinión

Normalidad democrática

El nuevo Vicepresidente primero y consejero de Presidencia e Igualdad del gobierno de Navarra, Félix Taberna, va adquiriendo rodaje y ha declarado que el encuentro entre Sánchez-Cerdán y la diputada de Bildu (condenada por enaltecer el terrorismo etarra) Merche Aizpurúa para hablar del futuro gobierno forma parte de la normalidad, que los votos colocan a los partidos en uno u otro lugar políticamente más o menos relevante, y que a partir de ahí el diálogo es lo normal. 

El Vicepresidente sabe que los proetarras y los golpistas catalanes han rechazado reunirse con el Rey para dialogar con él sobre sus posibles apoyos a los candidatos a presidente del gobierno, pero han acudido sonrientes y aparentemente felices a dialogar con Sánchez. Este diferente trato al uno y al otro debe de ser también normal para el Vice, y en cierto sentido lo es. Es bastante normal que los que quieren romper España no quieran dialogar con el que es símbolo de la unidad de España, y en cambio acudan a dialogar con Sánchez. Es normal y es una muestra indudable de que Sánchez es para ellos uno de los suyos. Pero una normalidad así es impensable en cualquier otro país de la Unión europea, ningún presidente se une a los enemigos de su país, ninguno es uno con ellos ni de ellos. La normalidad de Sánchez y del Vicepresidente es una total anormalidad en cualquier país medio decente.

El Vice sabe también que Sánchez ha vetado a VOX, no ha querido dialogar con ese partido. También es normal en el mismo sentido que lo anterior, porque en VOX no hay proterroristas sino víctimas del terrorismo etarra, ni hay enemigos de España, y porque nunca ha hecho VOX un acto de violencia contra otros partidos, pero sí ha sido víctima en sus mítines de las violencias de la extrema izquierda y de los proetarras. El veto de Sánchez es normal, y es revelador de su bajeza moral. 

Sabe también el Vice que VOX tiene muchos más votos que Bildu, y que según su teoría de la normalidad, Sánchez debería haberlo citado y haber dialogado con él. A pocas luces que tenga, ha de saber que el veto a VOX contradice e invalida su teoría de la normalidad, pero contradecirse y dar argumentos falsos parece ser también muy normal para él y no provocarle trauma alguno ni conflicto interior, pues no le ha merecido la menor reflexión ni aclaración. Significativo. Está claro que Chivite ha acertado, ha elegido un Vicepresidente adecuado a su gobierno y al de Sánchez. 

Lo dejamos aquí, aunque el catálogo de las normalidades democráticas del Vicepresidente tiene que ser mucho más amplio. Ahí han de estar también el control antidemocrático del Tribunal Constitucional y de la Fiscalía del Estado por parte de Sánchez, sus injustificables indultos, su derogación del delito de sedición y su rebaja del de malversación a sus socios golpistas, así como su futuro indulto a sus correligionarios corruptos de los ERES; su próxima anulación ilegal, con la amnistía, del delito del golpe de Estado (la declaración de independencia) otra vez de sus socios, y su consiguiente ilegal anulación de la Constitución y de otras leyes, su descalificación de las fuerzas del orden y de los jueces que actuaron contra los golpistas etc. etc. etc. No hay duda de que en Navarra y en toda España, con Chivite, con su Vicepresidente y con Sánchez reina una anormal normalidad democrática. Vota Sánchez, vota Chivite.