Opinión

Moderados y ultras

En política y en todo, ser moderado es tener convicciones razonables y llevarlas a la práctica. Ser ultra sería lo contrario. Hay además una falsa moderación que consiste en asegurar que se tienen convicciones razonables pero actuar como si no se tuvieran. 

Un episodio ya antiguo de esto último tuvo que ver con la ley del aborto de Zapatero. El PP la recurrió ante el Constitucional hace doce años, y durante todo ese tiempo el Tribunal, con mayoría “conservadora”, no resolvió el recurso. Tiempo tuvo pero no se atrevió. Falsa moderación ya en los “conservadores” de ese Tribunal. 

Puesto que la recurrió, el PP parecía rechazar aquella Ley del aborto. Sin embargo, tuvo mayoría absoluta con Rajoy y pudo cambiarla y no lo hizo con la excusa de esperar la resolución del Constitucional. Tomadura de pelo: como si las leyes constitucionales no pudieran cambiarse por otras mejores y a su vez constitucionales. 

Según ese falsamente moderado principio pepero, la Ley del “sí es sí” que reduce penas o excarcela a violadores, o la Ley Trans que promueve que menores inmaduros puedan amputarse y arruinar sus vidas, o la de eutanasia que deja la puerta abierta a homicidios disfrazados, o las de Memoria que imponen la sectaria y falsa visión de la historia de los perdedores de la guerra, o la pésima Ley de Educación y otras no las cambiará el PP a no ser que las anule el Constitucional. O no dejará de subvencionar chiringuitos ideológicos montados por la izquierda siguiendo la estrategia de la que presumió Errejón en su día. 

Ante las últimas fechorías de Sánchez (indulto a los golpistas, reducción casi a nada de los delitos de sedición y malversación, nombramiento como miembros del Constitucional de una exalto cargo suya y de un exministro suyo, con lo que ya tiene un Constitucional obediente), ha habido pocas novedades: el PP escandalizándose y defendiendo algo que él pudo hacer y no hizo con mayoría absoluta: despolitizar los nombramientos y favorecer la separación de poderes. Feijóo amenazó con denunciar ante Europa los abusos de Sánchez, pero después ”moderadamente” rectificó, y más adelante rerrectificó al quedarse la izquierda hasta con la Vicepresidencia del Constitucional. Un pasito adelante, un pasito hacia atrás, falsa moderación.

¿Podemos esperar mucho de Europa? Difícil, porque Sánchez va de supereuropeísta, de superagenda 20-30, de superfeminista, de superfán de Davos, de superloquehagafalta, y es superexperto en engañar, y la Presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, lo mira con ojitos embelesados. Aunque parece que algo empieza a moverse, pues la exembajadora de Hungría y un socialdemócrata portugués han denunciado con claridad ante el Parlamento europeo los últimos desmanes de Sánchez, y quizás la supermanifestación de Madrid abra algunos ojos. Habría que seguir por ese camino.

Debido a la mal entendida moderación pepera que acaba aceptando esas y otras leyes y actuaciones de la izquierda, quienes no están de acuerdo con ellas y creen que son importantes, no se sienten representados y buscan otro partido. Ahí aparece VOX. Pero no practicar esa falsa moderación es exponerse a ser agredido verbalmente (“ultra”, “fascista”, “populista” …) o incluso físicamente por los falsamente moderados. 

Por no mirar solo a la derecha, no es moderación sino algo muy diferente (traición, irresponsabilidad, autoritarismo …) gobernar complaciendo a los enemigos de España, fomentando el guerracivilismo, engordando la deuda del Estado, blanqueando el terrorismo, mintiendo, educando a los hijos contra las creencias morales y religiosas de los padre (Skolae) etc. etc. etc., como hacen Sánchez en Madrid y aquí su discípula. Su pose de moderación es otro engañabobos.