Opinión

Fueros navarros para todos

Desde Sevilla, por parte de algún socialista, se han puesto en entredicho por insolidarios los fueros navarros. Somos muchos los navarros que no queremos privilegios, es decir, que no somos nacionalistas, que pensamos que nuestro sistema foral es bueno y queremos que esta forma de organizar y gestionar la tengan los demás españoles. No toca hacer un recorrido histórico, pero los fueros históricamente han determinado nuestra manera de ser, de unir una tierra tan diversa como la nuestra, y han sido una buena manera de incorporar Navarra a la tarea común de España. La fama de “privilegio” de los fueros navarros viene de cuando imperaba en España la organización jacobina de un Estado centralizado que nos puso en el punto de mira del resto.

Las amenazas sobre nuestros fueros provienen hoy de los nacionalistas vascos, de los jacobinos españoles y de los burócratas europeos. Los abertzales se presentan como los nuevos abanderados de los fueros navarros, pero, desleales como son, los apoyan como paso previo al “derecho a decidir”. Quieren aprovecharse de la trayectoria de Navarra como Reino independiente, saltándose toda razón y la memoria de sus mayores.

Hoy, con el Estado de las Autonomías, es más fácil para el resto de los españoles entender lo que son los fueros navarros, porque la esencia foral consiste en acercar las decisiones al lugar donde afectan más a los ciudadanos -lo que es bueno-, y con el sistema autonómico en cierta manera se ha generalizado este planteamiento. Lo que hay de diferente entre las distintas autonomías tiene que ver con más o menos competencias. La diferencia mayor entre nosotros y el resto está en que Navarra gasta habiendo recaudado previamente, mientras que las otras autonomías solo gastan (recauda el Estado y da a las autonomías).

El Fuero navarro nos funcionó bien en el pasado, pero el futuro no está escrito y nada nos asegura que no nos vaya mal por nuestras equivocaciones. La vida marcha deprisa y la sociedad cambia de manera acelerada, no se puede vivir mirando al pasado. Con la actual crisis, Navarra ha mostrado debilidades: exceso de deuda, burocratización, exceso de gasto, un parlamento desmedido, etc. Los dos últimos Gobiernos de Navarra están a sus cosas, primero con Barkos vinculada al nacionalismo vasco más grosero y ahora más taimado para que Chivite disfrute sentándose en el trono. Con su falta de inteligencia y su mala gestión, nos están llevando a perder muchas de las ventajas competitivas que Navarra tenía por la gestión sensata de los Gobiernos anteriores. Ahora ya no somos atractivos para la inversión foránea, la presión fiscal es más grosera, estamos viviendo de rentas -del pasado-, pero con la pandemia se han visibilizado mucho más nuestras vergüenzas. Hagamos que los Fueros sean una herramienta de control y eficiencia. Volvamos a recuperar el Fuero como herramienta de progreso.

La tontuna de que si todas las autonomías tuviesen las competencias de Navarra y recaudasen ellas los impuestos el Estado no sería viable, es un argumento falso. Si todos tuviesen los fueros vascos o navarros, los gastos comunes habría que repartirlos conforme a criterios lógicos de población, riqueza y coste de los servicios.  Funcionaría si las autonomías fueran leales y jugasen limpio entre sí y con España, pero como los nacionalismos se creen superiores y son desleales e insolidarios (como al PSN le importa tanto la solidaridad, se alía con ellos), eso se conseguirá cuando logremos que desaparezcan. Deberíamos respetar las distintas realidades identitarias, y vivirlas como círculos concéntricos (roncalés, navarro, español, europeo) sumatorios y no excluyentes. Se puede hacer un sistema justo y responsable con la generalización de los fueros.

Al margen del espíritu independentista, que es separador, muchos partimos del espíritu del patriotismo español (que nada tiene que ver con el nacionalismo español, ni vasco, ni catalán) Desde el Gobierno de Navarra debe hacerse una práctica moderna de la foralidad, entendible, que no sea "privilegiada" ni se entienda como insolidaria y con la que podamos atraer y comprometer a las nuevas generaciones.