En el Museo “Reina Sofía” presentaron hace poco Sánchez y Yolanda Díaz su acuerdo de gobierno. ¿Por qué ahí? En el Museo se exponen obras de arte valiosas. Presentarlo ahí invitaba a pensar que el acuerdo era también otra obra excelente, en este caso del arte de gobernar. Además, los ególatras piensan que se merecen estar donde están los más grandes. Seguramente no eligieron el Prado porque les pareció poco progresista. O poco feminista, vete a saber. Un mentiroso “ESPAÑA AVANZA” presidió el mentiroso acto.
No permitieron hacer preguntas a la prensa. Mostraron así su desprecio por nosotros, por nuestro derecho democrático a estar informados, su talante antidemocrático. Y los periodistas, en vez de dejarlos plantados como protesta en un gesto de dignidad, toleraron la humillación. Una prensa y unas televisiones sumisas y manipuladoras son básicas para un dictador. Gracias a ellas, Sánchez se sostuvo en las pasadas elecciones, y buena parte del electorado acepta la democracia degradada que nos impone.
Consiguieron que no se hablase de la amnistía. Impidieron que se les dijera que, si amnistían a los golpistas, estarán afirmando que España era y es un Estado ilegítimo. Al no ser delito, estará legitimado el golpe y tendrán derecho a repetirlo, y los policías que lo reprimieron, las leyes y los jueces que lo condenaron y el Rey con su discurso, serán ilegítimos. No les importa. Pero como cobarde y mentiroso que es, Sánchez no da la cara y no soporta la verdad. Ella tampoco es manca: “lo único que nos mueve -declaró- es defender a España y a sus gentes". Exhibió también sin pudor sus miserias intelectuales explicando mal lo de los vuelos cortos en avión. España avanza con ellos hacia un Estado no democrático y fallido, controlado por los que quieren destruirla. Sánchez estará por encima de la ley y de los jueces, un dictador. Y su cómplice Chivite lo mismo.
Más avances. Gracias al acuerdo trabajaremos menos, pero cobrando lo mismo. Al trabajar menos, produciremos menos, habrá menos bienes para repartir, aumentará la pobreza. Y al disminuir la oferta de bienes y mantenerse la demanda, los precios subirán (al producirse menos aceita subió el precio). Podremos comprar menos y más caro. Lo de cobrar lo mismo será otro engaño.
El comunismo arruina las economías y elimina las libertades. La comunista Yolanda Díaz aborrece a los empresarios y con ese acuerdo les va a hacer pagar lo mismo produciendo menos. Les quitará así dinero, y les quitará más (calculan que 60.000 millones de euros) con nuevos impuestos. Ganarán menos, invertirán menos. Tendremos menos progreso o más retroceso económico y aumento del paro. Y ya somos el país con más paro de la OCDE. Con éstos avanzamos hacia la argentinización.
Aunque el acuerdo afecta a trabajadores y empresarios, excluyeron a los sindicatos y a las asociaciones empresariales a la hora de su elaboración. Demostraron así su falta de diálogo, su forma autoritaria de gobernar.
El acuerdo tiene su faceta grotesca. Si todos hemos de trabajar menos, los partidos de fútbol deberían durar menos para que los futbolistas trabajen menos. Los de pelota deberán hacerse a menos de veintidós tantos, en los maratones se correrán menos de 42 km.; las clases o cursos académicos durarán menos; los cirujanos operarán menos (listas de espera en aumento) o más rápido, los jueces otro tanto; los períodos de sesiones del Parlamento serán más cortos, las misas también; en los conciertos se suprimirá parte de una sinfonía, en el teatro parte de un acto; los novelistas escribirán novelas en menos tiempo etc. Progresismo. Para no ser menos, he trabajado menos para escribir lo anterior.
