Opinión

Descomposición

El título sería más completo añadiéndole “putrefacción”, “decadencia” “cánceres” o quizás hasta “estado terminal”. Es una desgracia, pero ese diagnóstico tan negativo no hay más remedio que aplicarlo hoy a nuestra nación, al Estado de derecho y a la democracia. 

Como nuestro cuerpo, una nación (análoga a un ser vivo) tiene buena salud si cada parte hace bien su función y contribuye al bien del todo. En nuestro caso, los síntomas son alarmantes. Los nacionalismos vasco y catalán son como sendos cánceres de hígado y de riñón que han ido creciendo durante cuarenta años gracias a las concesiones del PP y del PSOE hasta llegar a ser hoy muy graves. ¿Que las autonomías podían haber funcionado bien? Para eso habría hecho falta que en ellas se armonizase lo propio diferente con lo común, pero ha habido y sigue habiendo en ellas una eliminación continua de lo común, la lealtad institucional no existe. Se proscribe el idioma común, se falsea la historia común o se prohíbe, se olvida el bien común y se exigen constantes privilegios insolidarios etc. El reciente abrir la puerta en el Congreso y el Senado a los idiomas que no son comunes forma parte de esa eliminación de lo común. Y en Navarra, hace cuatro días, VOX propuso en el Parlamento la recuperación de una selectividad común para todos los estudiantes en España. La reacción de los partidos fue todo un síntoma de putrefacción: Geroa, Podemos y Bildu no intervinieron en el debate “para no entrar en el marco de la ultraderecha” (Bildu ya no solo ha sido blanqueado por el PSN. sino que pretende dar lecciones de democracia). Los cánceres dando certificados de salud. Gran farsa. Y por si eso fuera poco, esos tres partidos, más el PSN ¡y UPN! votaron en contra de la propuesta, que no era extremista sino sensata. Así que PP y VOX quieren recuperar algo de lo común. UPN no (grave error).

Pésima también para la salud democrática es la ocupación de los órganos de justicia. El Constitucional dominado por Sánchez es como un cáncer de páncreas, de los más letales. Va ligado a la amnistía, con la que el ególatra se sitúa fuera y por encima de la ley, deslegitima a la Constitución, al Rey, a los jueces y a las fuerzas de orden y legitima el golpe. Pasa a ser un dictador golpista. Es quizás el peor cáncer que padecemos, y está muy extendido: el PSOE y el PSN son metástasis malignas suyas. Las demás cesiones, entre ellas la consideración de Cataluña (y del País Vasco) como nación y el referéndum suponen la descomposición de la nación y el fin de la igualdad. Y todos estos males, para que un miserable sea presidente del gobierno. No podemos tolerarlo.

¿Estamos en estado terminal? Hay anticuerpos que han empezado a actuar contra los cánceres: jueces del CGPJ o la asociación profesional de la Magistratura que han rechazado la amnistía, asociaciones que han convocado manifestaciones puntuales (en Barcelona y Madrid) o el PP y VOX lo mismo. UPN no (otro grave error). Todo eso está bien, pero es insuficiente. Si hay algún socialista demócrata en el Congreso, deberá votar contra el dictador golpista. Las grandes empresas deberían amenazar con irse como se fueron de Cataluña. Si no hay protestas en toda la nación, se envía al pueblo el mensaje de que no pasa nada muy grave y eso es engañarnos. Hacen falta por tanto concentraciones repetidas en todas las capitales con día, hora y texto comunes. PP, VOX y Cs deben conseguir que Europa condene todas estoa infamias y que el vendepatrias sea visto como un apestado. Y más. ¿Y no había alguien encargado de mantener la unidad de la nación?

Cada uno de nosotros somos muy poca cosa, como una célula del cuerpo nacional, pero debemos ser anticuerpos activos y eficaces. Delenda est la PSOE cancerosa.