Opinión

Aprendices de brujo

El episodio del aprendiz de brujo de la película “Fantasía” sigue siendo genial pese a sus sesenta y un añitos. Resumamos: Mickey Mouse hace un trabajo cansado. Ve a un mago hacer prodigios. El mago se quita su sombrero mágico y se aleja sin él. Mickey no sabe nada de magia, pero roba el sombrero y se lo pone. Lo usa en su propio beneficio, desencadena un proceso que se le va de las manos y provoca una catástrofe. Al final reaparece el mago, se pone su sombrero y remedia los desastres. Salvo ese final feliz, puede ser una parábola de lo que ocurre en la política española. El sombrero mágico simbolizaría el gran poder de un presidente del gobierno. El mago, al buen gobernante que utiliza sus poderes para el bien del país. Mickey Mouse, al político ignorante y atrevido que, sin saber gobernar, consigue el poder, lo usa en beneficio propio y resulta desastroso para su país.

Vamos con los Mickey Mouse. Políticos atrevidos y con nada o muy poco valioso hecho en la vida antes de gobernar, tenemos en España para exportar. Más en la izquierda. Tanto más atrevidos y autosatisfechos cuanto más presumen de progresistas. Por citar algunos: Belarra, Irene Montero, Adriana Lastra o el doctor “cum fraude” Pedro Sánchez. O en Navarra, el trío saltalíneasrojas Chivite-Cerdán-Alzórriz. Oírlos y verlos actuar, con su autosuficiencia injustificada, suele dar vergüenza ajena. No tienen sentido del ridículo. Su fatuo orgullo progresista lo impide. Un ejemplo reciente: en la OTAN, Sánchez asalta en un pasillo a Biden, que se lo quita de encima en 40 segundos, y nos vende ese episodio grotesco como una reunión bilateral. Para más “inri”, por montar ese numerito tuvo que pagar 6,3 millones de euros (se ha publicado) a un proyecto impulsado por Kamala Harris. Tampoco Casado o Abascal han demostrado nada fuera de la política.

Con todo, puede haber buenos gobernantes sin currículum brillante previo, gente con inteligencia política que puede ser buena gobernando. O también, aun sin bagaje previo, si el gobernante sabe rodearse de colaboradores competentes y mejores que él, puede hacerlo bien (se dice esto de Ayuso). Pero la autosuficiencia de los “progresistas” (caso de Sánchez y Chivite) es incapaz de hacer eso. Y a la inversa, puede haber malos gobernantes con currículo universitario brillante, oposiciones superadas etc.

Un breve recuerdo para el aprendiz de brujo Zapatero que causó desastres, y para el brujo un tanto vago Rajoy que remedió pocos. Ocupémonos del hoy, del peligroso aprendiz Sánchez. Como Mickey Mouse, “robó” el sombrero mágico de la presidencia del gobierno con una moción de censura poco presentable desde el punto de vista de la ética política. También como él, usa el sombrero mágico -gobierna- poniendo como fin principal no el bien de España sino el de SU PERSONA. Ahí están sus pactos con los enemigos de España. Ha sido aprendiz pésimo en la pandemia, llevando a España a las peores cifras sanitarias y económicas. Multiplica la deuda y el paro. A diferencia de Mickey Mouse, es un aprendiz pirómano que provoca y alimenta incendios en múltiples frentes: ha provocado un conflicto con Marruecos en el que España ha sido humillada. Ha hecho que seamos casi un cero a la izquierda en lo internacional. Socava las instituciones del Estado. Debilita y desprestigia a la monarquía. Coquetea con la república. Resucita el frentepopulismo y el guerracivilismo envenenando la convivencia. Ataca la democrática separación de poderes. Va a convertir en light el delito de sedición, y a indultar a los golpistas despreciando al Tribunal Supremo y a la ley. Da alas al independentismo y probablemente les hará concesiones muy dañinas. Su política es de tierra quemada. Va a dejar a España en una situación desastrosa tanto a nivel interno como internacional.