Opinión

Antibiología

Los descendientes ideológicos del comunismo han sustituido a aquella vieja seudorreligión fracasada por otra también atea, soberbia y dictatorial. Su principal mandamiento dice “hay que liberar a la humanidad de la tiranía de la biología” (Shulamith Firestone)“. La nueva ideología es un pack de falsedades antibiológicas vinculadas a temas sexuales. Por ejemplo, el nuevo dogma dice que todas las orientaciones y uniones sexuales son igualmente válidas. Verdad que los homosexuales, lesbianas etc. han sufrido injustamente y que merecen respeto, pero no es justo ni válido pretender remediar aquellas injusticias imponiendo ideas falsas y leyes antibiológicas. En la naturaleza, la sexualidad existe para propiciar la permanencia de las especies. Las orientaciones y uniones homosexuales no cumplen esa función, y al no cumplirla son en la naturaleza una carencia, algo parecido a la esterilidad o a la ceguera. La especie desaparecería si todos fuéramos homosexuales o estériles o ciegos. Pero pretenden imponernos que una orientación y una unión sexual cuya generalización conduciría a la extinción de la especie es tan o más valiosa que la que permite la continuación en la existencia de la especie. No es casual que países que sufrieron el comunismo no acepten esta nueva seudorreligión igualitaria y rechacen que las uniones homosexuales sean iguales a las heterosexuales y puedan adoptar niños. Creen con razón que el niño tiene derecho a lo que sería para él un nido en la naturaleza.

Por otra parte, establecido que los que se aman tienen derecho a unirse en matrimonio, el panorama se amplía: un adulto de Nueva York quiere casarse con su hijo. ¿Por qué no han de tener derecho a contraer matrimonio padre e hijo o dos hermanos si se aman? Una mujer se casó con su perro, un golden retriever de 6 años llamado Logan. Y mil casos más parecidos. La igualdad, la multiplicidad y el caos matrimonial se multiplican.

Otra falsedad consiste en infravalorar la maternidad y la familia natural (y el papel del varón en ella). Si son tan o más valiosas las uniones sexuales no reproductivas que las reproductivas, dará igual no tener hijos que tenerlos. Si además la realización en el trabajo es más valiosa que la maternidad, se tendrán pocos o ningún hijo. El resultado está a la vista. Si se actúa contra la biología, la biología pasa la factura.

Más dogmas antibiológicos: que la naturaleza -la biología- no influye, que nacemos indeterminados, y que es solo la educación la que hace que nos comportemos como hombres o como mujeres; y que podemos elegir y hacernos hombres, mujeres o lo que deseemos independientemente de lo que nos haya dado la naturaleza. Casi tan falso como que podemos hacernos gatos.

Otros: el derecho a edades tempranas e inmaduras a hormonarse y operarse para cambiar de sexo. Y en sentido contrario, prohibir a adultos homosexuales recibir ayuda psicológica para abandonar la homosexualidad y castigar a quien la dé. Otro más vieja: el derecho al aborto. Matar a un feto es antinatural, y para poder ser un derecho debería ser algo moralmente bueno y no un egoísmo despiadado.

Los nuevos “salvadores”, como sus antecesores, son soberbios, con complejo de superioridad y autoritarios, impiden la libertad, acusan y castigan al discrepante y adoctrinan a los niños con su falso y antinatural pack mediante programas tipo Skolae.