Opinión

Amejoramiento y lealtad

Hace cuarenta años, un 16 de agosto entró en vigor el Amejoramiento del Fuero. Con el rechazo del nacionalismo vasco porque el Amejoramiento da forma política a Navarra separada de Euskadi, y eso no les gusta. Sin embargo, aquella iniciativa política fue y sigue siendo buena para Navarra. Al menos por cuatro razones:

Primera, porque fue una adaptación de los Fueros al sistema democrático, y es bueno mantener y adaptar el Fuero a las diferentes situaciones históricas.

Segunda, porque lo hicieron y aprobaron nuestros representantes legítimos. Tiene por tanto legitimidad democrática (las leyes no necesitan ser sometidas a referéndum para ser válidas).

Tercera, porque fue el resultado de un acuerdo, de un pacto entre Navarra y el Estado. No fue una imposición.

Esa actitud pactista de nuestros representantes hace cuarenta años no era nueva. La encontramos ya en nuestros antepasados de 1841 que negociaron con el Gobierno de Madrid la “Ley Paccionada”. En efecto, la Diputación de entonces recordaba a los suyos que estaban negociando en Madrid esa Ley, que “Navarra se unió a Castilla con ciertos pactos que no se pueden en rigor alterar sin su mutuo consentimiento, por lo que, de no seguir una actuación semejante, quedaría disuelta la sociedad; y la Diputación desea evitar a todo trance este extremo”.

Se ve que tenían claras varias cosas que siguen siendo importantes: que en la unión de Navarra con España de 1512 hubo, además de una guerra, un pacto, el acuerdo de mantener los Fueros. Que los pactos han de respetarse, no pueden romperse a capricho. Que los Fueros son nuestra forma de ser españoles. Y que Navarra, en su relación con España, ha sido y debe seguir siendo leal, ha de pactar y cumplir los pactos. En otras palabras, que no ha sido ni debe ser nacionalista, pues en el nacionalismo la lealtad brilla por su ausencia (pacta un Estatuto con el Estado y al poco trata de romperlo y de imponer otro que le acerque más a la independencia). Nuestros antepasados de 1841 eran leales. Quienes hace cuarenta años redactaron y aprobaron el Amejoramiento hicieron suyos esos mismos principios. Y puesto que el Amejoramiento fue fruto de un pacto, debe ser respetado con lealtad.

La cuarta razón por la que el Amejoramiento fue y es bueno es su permanencia en el tiempo. Los cuarenta años funcionando indican que la mayoría electoral lo aprueba y considera que es un buen instrumento para el autogobierno.

Cuando un instrumento bueno se usa bien, da buen resultado, pero si se usa mal el resultado suele ser malo. Es lo que pasa con el Fuero amejorado. Hubo un tiempo en el que el Gobierno foral, utilizando ese instrumento de autogobierno, consiguió que Navarra estuviera en los primeros puestos en muchos ámbitos: en empleo, en sanidad, en educación, en vías de comunicación, en energías renovables etc. etc. Pero las cosas cambiaron para mal con el cuatripartito, y siguen mal o peor con el pentapartito. Vamos descendiendo y vamos siendo superados por otras autonomías en lo que se refiere a eficacia y calidad de gestión.

Va siendo hora de volver a usar bien ese instrumento, de tener en Navarra un Gobierno que busque por encima de todo el bien de los navarros, no el ocupar las poltronas, que no pacte con los que no cumplen el mínimo democrático (condenar de verdad la violencia) ni con los que quieren diluir a Navarra en Euskadi, que sea buen gestor y no derroche el dinero de los impuestos, que no se crea con derecho a imponer a los niños una ideología y una moral contrarias a las de sus padres etc.