Opinión

¿Y tú, de quién eres?

Anda el ambiente foral enrarecido. Parece que se ha iniciado la cuarta guerra Carlista tras la ruptura de UPN y el PP. Lo que antes unía Dios, ahora lo ha separado el Hombre. O dos hombres.

Sanz y Rajoy han interpretado cada uno a su manera el articulado del Pacto que los mantenía casados desde hace 17 años, y se han separado sin pasar por el Altar. Iglesia, que, en este caso, ha sido feligresía propia que ha mirado exclusivamente a su Parroquia, sin pensar en nada más allá. ¿Lógica? Ninguna: Priman los sentimientos, y el cocido de algunos.

Lo triste del caso es la escasa amplitud de miras desde Madrid, que no entiende lo que representa Navarra en esta España nuestra de pandereta y Taifas. Y un mirarse al ombligo, a la propia sotana, que acerca la sensibilidad foral, para algunos, al puro y duro “nacionalismo” -con lo mal que se entiende aquí eso, y peor que se explica fuera- y otras, las más de las veces, se tilda de localismo sectario, regionalismo rancio de cortijo, señorito, aldeanismo, y otras lindezas que se están oyendo afuera, porque hay quien no entiende eso de “Pro Libertate Patria Gens Libera State” (en pie los hombres libres para que la Patria lo sea).

Hasta los Infanzones de Obanos, allá por el siglo XIII, tenían claro que por la Libertad de la Patria, había que permanecer Libres como Pueblo. Pero claro, ¿qué Pueblo y qué Patria?