Opinión

UPN y PSN, en busca de líder y sentido, en Tudela y para Tudela

Resulta curioso que tanto el partido que ha gobernado durante más de dos décadas en Tudela, UPN, como su sempiterno oponente, el PSN, se encuentren sumidos en el mismo y curioso dilema: ambos carecen del líder, carismático y mesiánico, que la capital de la Ribera necesita.

El PSN abandonó a su suerte al versado Manolo Campillo, porque no respondía al perfil interesado de su tropel de vividores. Y, entre tanto, ha descartado la alternativa de un maduro Patxi San Juan que, vuelto del trabajo madrileño, al menos representaba la experiencia. Ha ninguneado a las bases, dejando fuera de las primarias a Ana García Gómez, apoyada por Juan Manuel García Albericio. Ha caído en las garras de oportunistas que no aportan nada, como el Sr. José Almudévar. Y, lo que sería igual de malo o peor aún, sería haber dependido del establishment sindical, a través del voluntarioso Eusebio Sáez.

Entretanto, parece imposible que la izquierda moderada no cuente en Tudela con la posibilidad de aupar como líder a una persona sensata, capaz de enderezar tanto la deriva del socialismo, vía PSOE, como de Tudela como ciudad, que debería ser el testigo a seguir en la comarca y que en realidad está perdiendo puntos por momentos, por una falta grave de objetivos y horizonte. Mientras el PSN-PSOE, en la ciudad, además, ha dejado de representar nada de nada.

Del mismo modo, y por su parte, UPN se encuentra ensimismado, sólo debatiendo internamente quién irá en las listas al Parlamento y quién al Ayuntamiento, razón por la que Mariví Castillo deberá volver a la realidad terrenal del Consistorio, para poder colocar en el machito del botón y el sillón Foral unos años más, a un actual alcalde, Luis Casado, descastado y desgastado de años de soledad, mientras sólo Joaquím Torrents se ofrecía a la opinión pública como alternativa de futuro, si bien es demasiado joven todavía. Y a Maribel Echave nunca le han dejado hacer, por lo que la única concejal de las siglas regionalistas que ha realizado un buen trabajo en su correspondiente área, Merche San Pedro, se ha atrevido a dar el paso y ofrecerse como alternativa, si bien nada se sabe al respecto, ahora que acaba de abandonar Barcina, y sólo Esparza parece querer tomar el pulso y el testigo de esa Navarra de UPN, que parece no querer ni saber regenerarse lo suficiente tampoco.

Entretanto, la ciudad, Tudela, se encuentra completamente bloqueada. Parada, muerta. Sin criterio, objetivos ni camino marcado. Y pobre Abel Casado si puede, y le dejan, plantear unas buenas bases en el informe PEC que le acaban de encargar y que ahora comienza a desarrollar, vía charlas, encuentros y entrevistas.

Tanto la ciudad, como ambas siglas, se merecen una mejor deriva... ¡Por el egoista bien de todo!