Opinión

Unión Europea, vino y DGT

Ante el problema de la escasez de alimentos en muchos lugares del mundo, muchos son los factores que están ocasionando grandes desequilibrios socio-económicos, produciendo también grandes subidas de los mismos; malas cosechas -ocasionadas principalmente por la climatología-, la desmesurada subida del precio del petróleo -siendo uno de los percusores más activos de tales subidas, la OPEP; así como la especulación, su gran aliado, provocada en gran parte por ellos mismos.

¿Soluciones?

Subidas que están provocando que los gastos del cultivo (abonos, gasoleo, mano de obra, transporte...) se hayan casi duplicado, provocando fuertes subidas en el producto final y en el transformado, interviniendo muchas veces la especulación, en especial a través de los intermediarios. Siendo en la gran mayoría de los casos, los agricultores los menos beneficiados, así como otros sectores relacionados con la agricultura como es la ganadería. De ahí que, ante la fuerte subida de los carburantes, provocada por la fuerte subida del petróleo, algunos países utilizan parte de sus cultivos sobrantes y no sobrantes, para la obtención de biocombustible como negocio. Por su escasez o porque no disponen del mismo, algo muy normal, provocando en el mercado mundial grandes desajustes, especialmente alimenticios, y afectando a muchos países, que por su escasez, lo necesitan más que otros.

Pocas, pero las pocas que las haya, hay que llevarlas a cabo, buscando siempre un equilibrio aceptable para todos, en todos los países, en cuanto a la alimentación y combustibles, donde debre primar la solidaridad... mundial.

La propuesta de aumentar la producción de alimentos y de crear bolsas excedentarias, para un posterior reparto entre los más necesitados, que sería posible si se acompañan favorablemente los factores que anteriormente he citado, sin que ello implique, en el caso de la Unión Europea, una brusca bajada del precio del producto final, ni una fuerte disminución de las ayudas a la agricultura -como se pretende hacer con la nueva PAC en estudio-, que deben ser acordes con la situación de la agricultura de la Unión actual y, en previsión, de la que se pueda dar en el futuro y, para acabar, pedir al gobierno de la nación que vuelva a poner en marcha el ministerio de agricultura, pesca y alimentación. Motivos para quitarlos no hubo, pero para volver a ponerlo, sí. La situación actual lo requiere, es tan prioritario, o más, que el cambio climático, prioridad de la señora ministra.