Días pasados me encontré en esta revista con una pequeña nota donde la compañía de limpieza CESPA contestaba respecto a la suciedad intolerable que se puede uno encontrar en las aceras de los porches de la Plaza de la Claras, justo donde los niños van a jugar en la ballena y los padres se pueden acomodar, bien dentro, bien fuera de las cafeterías del entorno. En concreto les hablo de una parte de la acera que forma una curva, en cuyo interior hay mucha, mucha suciedad, y donde los niños, en especial los más pequeños, suelen "aterrizar" y tocar el suelo con las manos para después llevárselas a la boca…
Agradezco la explicación de CESPA, y estoy seguro de que la empresa está encantada de hacer la limpieza donde la tenga que hacer, en especial porque ese es su trabajo y lo saben hacer bien. No me sirve que, desde una comunidad que también está afectada por la suciedad, digan que no se limpien unas aceras que son públicas, y si el agua se mete en los garajes, o los tienen mal, o hay goteras o es mejor utilizar menos presión de agua, o bien otro sistema. Lo que no es, a mi juicio, NORMAL, es que aumente día a día la suciedad (las aceras están negras y llenas de lunares) en un lugar en el que los más perjudicados son los niños... ya sean grandes, medianos o pequeños.
También quiero hacer un llamamiento, muy serio, a las madres, lo mismo de los grandes que de los pequeños, precisamente para que les expliquen a sus niños que hay que ser educado y no ensuciar lugares que utiliza otras personas. Y ya que sale el tema: Los padres también deben enseñar a sus hijos que la calle no es para sus fechorías... que no hay que atropellar a nadie con la bicicleta por las aceras... que en las Claras no hay un trampolín para saltos con tabla , bici, o moto... que ¡en fin! todos tenemos derechos y obligaciones aunque sean los mínimos.
