La muerte de Flor María ha divulgado el nombre de nuestra ciudad, por desgracia, por todos los informativos y programas de sucesos nacionales. Este trágico hecho viene a confirmar, una vez más, las desigualdades entre hombres y mujeres y la necesidad de darles solución, y de prevenir antes que lamentar, con educación y sensibilizando desde edades tempranas. No es menos importante que se cumplan las leyes de prevención de la violencia contra las mujeres. En Tudela desde hace unos meses disponemos del Centro de Atención Integral de la Mujer, un servicio cuyo objetivo es, además de la prevención, la atención a las víctimas. Puestos los medios, es importante utilizarlos y sacarles el máximo rendimiento. Las mujeres de Tudela cuentan con un valioso recurso. Que el miedo ni el qué dirán impidan utilizarlo.
La violencia es una importante lacra social a erradicar. Y “el silencio es un billete hacia la muerte, un salvoconducto que le damos al maltratador para que termine con nuestras ilusiones, con nuestras vidas”, como han señalado desde la Asociación de Mujeres Maltratadas de Tudela. Que Flor María sea la última.
