En relación a un artículo de Milagros Rubio en Plaza Nueva el 9-12-2009.
La defensa de la pluralidad es uno de los reconocimientos básicos para toda convivencia democrática de calidad. La diversidad geográfica y hasta climatológica de Navarra se pone de manifiesto en que Artikutza es el punto de mayor publiometria de la península y la Bardena Blanca, la más seca.
En caracteres culturales, la diversidad de las navarras y navarros no está a la zaga de la diversidad geográfica.
La constatación de la diversidad en materia lingüística, de adscripciones identitarias, de ideologías políticas y tantas otras nos obliga al recíproco respeto y al esfuerzo de convivencia en la transversalidad.
Constituye una falta de respeto democrático y una desviación política el pretender que para la unidad de acción y para los acuerdos políticos hayan de desaparecer las diferencias identitarias, ideológicas, culturales y hasta sociales.
Por el contrario, el siglo XXI pone de manifiesto que la pluralidad se tiene que consolidar en colaboración de diferentes que se reconozcan como tales y se respeten como tales.
Por lo tanto, los abertzales podemos colaborar y llegar al trabajo conjunto con otras fuerzas políticas que se sientan de izquierda, no sólo sin dejar de ser abertzales, sino siéndolo abiertamente y sin disimulos. El pretender que los abertzales de Navarra y concretamente los que estamos en Nafarroa Bai dejemos de expresarnos como tales en nuestra acción política para poder encontrar espacios de colaboración con otras fuerzas políticas es desconocer la historia y cerrarle las puertas al futuro, además de un ejercicio de intransigencia.
NAFARROA BAI ha sido un modelo de transversalidad expresamente así declarado en múltiples ocasiones desde la aceptación y defensa de la pluralidad efectuada por los partidos abertzales. El atentar contra esa transversalidad y el querer imponer que, para la colaboración con el PSN, los abertzales de Navarra tenemos que dejar de serlo es tanto como renunciar al propio proyecto de NAFARROA BAI o a la principal seña de su identidad como es su pluralidad ideológica y de adscripción.
