Opinión

Trabajadora conciliada

Como cada 8 de marzo, llega la conmemoración Internacional de la Mujer Trabajadora y los tíos escuchamos atentamente las quejas, carencias, reproches y realidades personales y profesionales que reivindican para intentar no sólo comprender las injusticias que padecen, sino atajarlas en la medida de lo posible. Sin embargo, muchas veces nos sentimos tan maltratados como ellas al vernos centro y diana de todos sus reproches, dado que realmente se creen que mamamos una sociedad machista y seguimos siendo los responsables de las desigualdades, consciente y decididamente.

Ellas no caen en la cuenta de que nosotros estamos perdidos: Si de normal no hay quien las comprenda, ¿cómo vamos a ser capaces de encajar y compartir ese moderno plan de vida que ahora intentan organizarse? Es incomprensible ese deseo femenino de abarcarlo todo, porque es imposible ser Trabajadora, Estudiante, Madre, Amiga, Viajera, Compañera, Deportista, Culta, Bella, Sana, Amante, Sexy, Cocinera, Políglota... y un largo etcétera, a un tiem-po, sin que alguien de tu entorno o tú misma lo pagues, y estamos cansados de tener que asumir esa carga fácil del reproche permanente “¡eres un machista comodón!”. No van por ahí los tiros.

Creo que sobran pamplinas de esas de Igualdad, y faltan Recursos Públicos y Planteamientos Personales de Mujeres y Hombres que realmente abunden en una Sociedad donde la Convivencia y el Bienestar se fundamenten en una Conciliación real de la Vida Personal, Familiar y Profesional.

No sólo son los horarios, deben cambiarse todos los preceptos si realmente queremos no sólo integrar plenamente a la Mujer, si no hacer viables nuestras vidas: ¡¡Nosotros los Hombres también queremos poder decidir!