Opinión

¿Tiene futuro el Casco Viejo de Tudela?

El Casco Viejo de Tudela está enfermo. El lugar del que han surgido la mayoría de las familias de los actuales tudelanos sufre la desidia y el abandono de aquellos que más tendrían que hacer por cuidarlos. Sin duda es la parte más visitada de la ciudad, la que aparece como imagen de Tudela, la que es considerada como patrimonio de todos los tudelanos...


Sin embargo, no hay más que ver el entorno del Museo Muñoz Sola y del propio Ayuntamiento, para comprender decepcionados el respeto que se le tiene a un enclave tan emblemático: desperfectos en la fachada del museo, contenedores de basura, solares abandonadas, casas a medio rehabilitar desde hace años, gente “trapicheando” con droga…. Lo mismo que la Casa del Almirante, seguramente el edificio más fotografiado de la redonda, de la que pende un cable de las luces de Navidad durante todo el año por no molestarse en colocarlo de nuevo cada temporada. Paseen, si no, por la calle Rúa un domingo por la mañana, como hacen cientos de visitantes, para contemplar la calle sucia, sin previsión de las miradas foráneas que va a tener…No es necesario ser de aquí para sentir pena por el poco respeto que se le tiene a la cultura; salvo a la catedral, claro.


Con el enorme desarrollo urbanístico de Tudela, que se está extendiendo increíblemente en todas las direcciones, se está dejando marginado en un extremo al casco antiguo. La pujanza de otrora se ha perdido, el que fuera corazón de la ciudad se está debilitando y se encuentra mortecino. Los tiempos han cambiado, sí, pero intervenciones como la de la restauración de la catedral ha atraído a miles de visitantes, muchísimos más que en años precedentes. La sociedad está ávida de cultura, de conocimiento de la historia… Y eso es también riqueza.


Proyectos como el de la Ecociudad podrían haber sido adaptados a la realidad de Tudela. Si de verdad se quiere un desarrollo sostenible, con utilización de formas de energía renovables y ecológicas, qué mejor alternativa que haberlo hecho en el casco antiguo, donde sí que se actuaría sirviéndose de los recursos heredados, mediante la rehabilitación de las viviendas ya existentes, el cuidado medioambiental o el uso de las nuevas formas de energía. Se ha perdido así la ocasión de revitalizar, de dar un empuje gigante a este barrio para que salga de su letargo.


A Tudela le afectan todas las patologías comunes a la problemática de otros centros históricos: despoblamiento, reocupación por clases sociales marginales, envejecimiento de los vecinos, falta de condiciones de habitabilidad de las viviendas, pérdida de la calidad de vida, carencias de infraestructuras y equipamientos, deterioro patrimonial y desaparición paulatina de valores históricos. Conocida la enfermedad, hay que poner remedio.


Hay que rejuvenecer la población del barrio, que, como savia nueva, dé vida renovada a estas calles. La rehabilitación de las abundantes casas abandonadas en la zona y su entrega en alquiler o en propiedad a los jóvenes solucionaría en parte el problema de la vivienda que estos tienen.


El casco antiguo ha de verse no únicamente como zona de ocio y esparcimiento o dedicado a funciones administrativas o de culto. Es también una zona residencial, con una población que por lo menos tiene los mismos derechos que las demás urbanizaciones de nueva creación. Por lo tanto, es necesario preservar la tranquilidad de los vecinos evitando los ruidos de las máquinas (barredoras, baldeadoras, camiones de recogida de basuras, de materiales reciclables, etc.) a las seis de la mañana; por no hablar de las personas que consideran que el casco viejo es el lugar en el que se puede alborotar a cualquier hora del día, o de la noche. El desarrollo equilibrado supone la combinación de todas estas funciones que tiene el casco viejo. Muchas más que ninguna otra zona de Tudela, por lo que se le debería mimar más, ya que en su mejora ganamos todos.


Actuaciones de carácter socio-económico: ayuda a sectores marginales, planes para evitar el absentismo escolar de menores de 16 años, mayor persecución de acciones delictivas, como la venta de drogas, restricciones en la apertura de bares y peñas…; otras de tipo medioambiental: ampliación de zonas peatonales, aumento del arbolado, de pequeñas zonas ajardinadas, aumento de fuentes, soterramiento de contenedores de basura, de los antiestéticos cables de todo tipo que recorren las fachadas … son un sinfín de posibles acciones que colaborarían en la recuperación de la zona.


Todavía estamos a tiempo de que no se muera del todo. La intervención al paciente ha de ser rotunda, ambiciosa y rápida, para que no entre en una agonía de consecuencias irreversibles.


Un nuevo Ayuntamiento, con mayoría de fuerzas de izquierda, debe tener como uno de sus objetivos prioritarios la recuperación del casco viejo. Es el compromiso de IU trabajar para llevar a cabo actuaciones realistas y con perspectiva de futuro, con la ilusión de que el casco antiguo de Tudela recupere el vigor de antaño.

Juan Luis Chueca Baquedano