Opinión

¿TAV o trenes de cercanía?

El pasado sábado 26 de Enero los ciudadanos de Tudela que paseábamos tranquilamente por el centro de la ciudad nos sorprendimos ante una animada manifestación encabezada por un zampanzar que reclamaba la supresión del proyecto del TAV y dar más servicios de trenes regionales y de cercanías de los que tan falta está nuestra Comunidad. La verdad es que yo estaba, como la mayoría, de mirón, pero lo justo hubiese sido haber estado manifestándome junto a ellos. Muchos deberíamos haberlo hecho, no tanto por la supresión del proyecto del TAV sino por pedir que nuestros servicios de trenes convencionales sean promocionados y mejorados. Como casi siempre, podré /podremos escudarnos en la discrepancia ideológica con los convocantes pero, en realidad, esa excusa no puede encubrir mi / nuestra apatía y falta de compromiso contra cualquier cuestión que no nos toca de lleno. La típica situación del que “al que le pique, que se arrasque” sin pensar que en un futuro podamos ser nosotros o nuestros hijos los que tengamos que arrascarnos. Trataré de explicarme mejor. No es muy defendible la postura directa del No al TAV. El tren de alta velocidad va a pasar por Tudela. Eso es un hecho y no hay vuelta atrás. Puesto que va a pasar, lo mínimo sería pedir que parase y, sin ser futurólogo, puedo asegurarles que lo hará. Eso sí, que nadie se extrañe si sólo hay un par de paradas al día sentido Madrid y otro par sentido Pamplona. Si ahora hay Altarias de la línea Madrid – Pamplona no paran en Tudela, lo mismo ocurrirá con el AVE. Además, el TAV Castejón – Logroño no se va a ejecutar con la misma premura que el tramo navarro, por lo que nos quedaremos con eso: cuatro paradas al día del AVE.

Con la llegada de los servicios de alta velocidad lo que ha ocurrido en otras zonas de España se han suprimido buena parte de los servicios de trenes regionales convencionales. La estrategia consiste en eliminar los regionales que paran en muchos pueblos para ser sustituidos por lanzaderas sobre vías AVE que sólo paran en las ciudades más grandes. Por supuesto, las lanzaderas serán algo más rápidas –velocidad punta, que no real, a 220 Km./h- pero con precio del billete que triplicará en muchos casos el precio del billete actual salvo que se llegue a un acuerdo de montar un servicio regional-TAV (trenes Avant) como entre Córdoba y Sevilla. Traducido al cristiano, estaríamos hablando de una drástica reducción de los ya de por si escasos trenes regionales para ser sustituidos por lanzaderas Pamplona – Zaragoza que, probablemente sólo pararían en Tudela. El resto de los pueblos entre Tudela y Pamplona pueden ir olvidándose de la estación del tren. Con suerte y gracias a los dineritos que el Gobierno de Navarra suelta todos los años a RENFE para el mantenimiento de los servicios, se podría garantizar un único servicio regional al día en cada sentido.En el tramo Castejón – Cortes, la cosa sería algo menos dramática en tanto en cuanto no exista AVE hasta Logroño, lo que garantizaría, por el momento, el utilizar los regionales Logroño – Zaragoza. No obstante, los trenes Castejón – Zaragoza (dos diarios más otros dos que circulan sólo sábados y domingos) desaparecerán aunque sean los que utilizan los riberos que trabajan o estudian en Zaragoza para acudir diariamente a la capital aragonesa. Cuando, finalmente, el AVE llegue a Logroño, tanto Castejón como Ribaforada y Cortes tendrán que despedirse de sus estaciones de tren. Los regionales no existirán o lo harán de forma testimonial. Las lanzaderas y los AVE pasarán por dichos pueblos, pero ninguno parará.

Por supuesto, esta previsión futura, por desgracia muy realista, no es irreversible. Ni tan siquiera tendría que llegar a ocurrir si el Gobierno de Navarra y los ayuntamientos implicados presionasen lo suficiente a RENFE e hicieran las aportaciones justas y necesarias –no estoy pidiendo que se desplifarre el dinero público- para mantener los servicios de ferrocarril convencional actuales. Incluso podría hacerse un estudio serio que sacase a relucir las necesidades reales de transporte ferroviario y los horarios adecuados. Me temo que, por desgracia, no va a ser así. A todo el mundo se le llena la boca con la modernidad del AVE, aunque su llegada sirva para mandar al garete toda una serie de servicios preexistentes. No puedo estar en contra de la llegada a Tudela de la Alta Velocidad, pero sí que puedo estar en contra de que eso se haga a cualquier coste, incluido el social. Recuerden que pararán muy pocos AVE y sólo alguna lanzadera más, pero únicamente en Tudela. Los precios serán muy superiores a los actuales y el beneficio de la disminución del tiempo de viaje sólo tendrá compensación si la distancia es muy grande. Sirva de ejemplo que ya hay regionales que hacen el trayecto Tudela – Zaragoza en 42 minutos y lo harían en menos si la situación de la vía fuese mejor. Una lanzadera tardará una media hora en hacer el mismo recorrido ya que, aunque puede ir más rápido, el parar y arrancar en distancias cortas, lo ralentiza.

Resumiendo, para ganar unos diez minutos, tendremos que pagar el triple del precio actual. ¿Compensa?. En mi modesta opinión, No. Los usuarios habituales del tren suelen ser jubilados que no conducen, estudiantes y, sobre todo, personas que trabajan en distinta ciudad de donde viven. Los dos primeros colectivos no tienen poder adquisitivo elevado, por lo que abandonarían el tren para pasarse al bus que resultaría más económico. El tercer colectivo viaja todos los días ida y vuelta. Un rápido cálculo dice que 22 días laborables por dos viajes al día por 10 / 12 euros cada viaje resulta entre 450 y 500 euros al mes de presupuesto sólo en trenes. Otros que se pasarían al bus o, lo que es más probable, al coche particular.Tampoco es trivial el debate de qué hacemos con la vía actual. Está claro que su actual emplazamiento presenta, por una parte, la gran ventaja que es la de que la estación está en el centro de la ciudad y puede accederse a ella andando. Además dicha estación tiene conexión directa con los autobuses que vienen de los pueblos vecinos. Por otra parte, la vía es un obstáculo para las comunicaciones con la Azucarera. Personalmente considero que la opción más correcta sería dejar la estación donde está pero con las vías soterradas. El problema es que es una opción cara; muy cara. Si ni Fomento y el gobierno foral ponen el dinero para esta opción, quedan otras dos: dejar la vía donde está y añadir un único carril de TAV o sacar las vías y la estación fuera de la ciudad. Nuestro ayuntamiento está por esta última opción, pero el terreno reservado para el posible paso del TAV en el futuro plan de ordenación urbana está muy alejado del centro de la ciudad. Dicho diseño dibuja una curva que pasa por detrás del cerro del hospital, por las cercanías del puente sobre la AP-68 en Murchante y, posteriormente, por las cercanías de la granja de UVESA en la carretera de Corella pasada la SKF. En definitiva, se coloque donde se coloque, será en el quinto pino De todas las opciones “extramuros”, parece que la única sensata sería situar la estación tras el cerro del hospital ya que se podría prorrogar la línea de autobús que lleva al citado centro sin un coste excesivo. Cualquier otra ubicación externa tendría graves problemas para tener un transporte público urbano de calidad que la uniese con el casco urbano. Añadamos a esto que la actual estación es intermodal, con servicio conjunto de bus y tren. Si sacamos la de tren, ¿tendremos que sacar también la de autobús?. Y si no lo hacemos, ¿perdemos la intermodalidad?. ¿Le decimos a un vecino de Cintruénigo que quiere ir en tren que coja el bus de Arasa que le dejaría en el centro de Tudela, que espere allí, en el mejor de los casos, al menos un cuarto de hora a que llegue el bus urbano que le paseará ricamente por media ciudad para recoger más viajeros antes de llevarlo a la nueva estación?. ¿Cómo le explicamos que va a tardar el doble de tiempo en ir de su casa a la nueva estación que lo que le va a costar el viaje Tudela – Pamplona en lanzadera?