Opinión

Super Z

Johnston McCulley creó El Zorro como un personaje de ficción que a comienzos del siglo XIX combatía los crímenes y luchaba contra la injusticia en California, conformándose como uno de los héroes de nuestra cultura moderna. Durante todo el siglo XX este personaje ha sido interpretado en la gran pantalla por multitud de actores que han contribuido a afianzar su condición de héroe. En los últimos años Antonio Banderas ha engrandecido su espíritu consolidando su leyenda. Todos recordamos su señal inconfundible, marcada de forma magistral con su espada en la frente de sus enemigos, la “Z” del Zorro.

Próximas las elecciones generales todos los partidos políticos inician su precampaña, intentando captar al mayor número de votantes, unas veces con mensajes convincentes y otras simplemente llamativos. A los socialistas parece que lo de la convicción no acaba de convencerles y han optado por el mensaje llamativo: “Con “Z” de Zapatero”. He de reconocer que los publicistas se han tenido que estrujar los sesos para lanzar una campaña así, imagino que por la dificultad que conlleva utilizar el resto del nombre, tan común entre los españoles, José Luís o Rodríguez. Lo primero que me recordó fue la “Z” del Zorro, aunque en este caso como leyenda viva del paladín de las causas por perder, antónimo del héroe californiano y ejemplo real del incondicional practicante de la Ley de Murphy.

La campaña tan sugestiva nos invita a pensar en el Zorro y en su compañera de reparto Catherine Zeta-Jones, como en La máscara del Zorro, donde se demuestra el buen gusto; pero unir a súper “Z” con Fernández de la Vega (por mucho que coincida el apellido con el de D. Diego) no tiene color. En fin, “Con “Z” de Zapatero”, con la connotación que el significado de zapatero tiene en la ribera, nos deja poco espacio a la imaginación y automáticamente lo identificamos, no con una profesión honesta y honrada, sino, como lo recoge Luís Mª Marín Royo en “El habla en la ribera de Navarra”, con el torpe, que hace las cosas muy mal y chapuceras.

El marketing manda y seguro que todos los españoles acabaremos zezeando para acomodar las palabras a la campaña publicista. Si el juego gusta, siempre ha sido una práctica entre los niños para no ser entendidos por los adultos, la captación de adeptos está garantizada. Desde ahora las palabras incómodas serán utilizadas con soltura: Zeferéndum, autodeterminaZión, aneZión, Zalante, aZidentes del proZeso de paZ, alianZa de ZiviliZaciones, porque con la “Z ETA” será poZible lo impoZible y permiZible lo prohibido. Con tantas letras en el abecedario y destacar la última sobre todas las demás es como querer hacer la casa comenzando por el tejado.