Hace varios meses, en concreto el día 20 de septiembre del año pasado escribí en el blog “porparatudela.blogspot.com” un texto que aún hoy se puede leer en el mismo y que dice: “La Plaza Nueva es el salón de nuestra ciudad y junto con el Casco Viejo y sus monumentos, la zona más visitada de la misma. Por eso debería tratarse con mucho cariño. Últimamente, supongo que por culpa de la crisis, se está generalizando el poner carteles de grandes dimensiones en la fachadas. Sé que el dueño de las viviendas tiene todo el derecho a intentar venderlas a través de una inmobiliaria pero habría que pensar otros métodos para que la Plaza no se convierta en un cartel de anuncios gigantesco. En muchas plazas españolas supongo que venderán pisos y en pocas he visto tantos carteles y de tales dimensiones”.
A día de hoy pienso exactamente lo mismo y estoy de acuerdo en que el Ayuntamiento por fin tome cartas en el asunto fundamentalmente por dos razones: Porque existe una normativa que hay que cumplir y sobre todo porque la Plaza Nueva es el centro neurálgico de Tudela, lugar de visita y paso de todos los turistas y lugar de encuentro para muchos tudelanos. Pienso que este lugar tiene que cuidarse en extremo y pienso también que al igual que nos quejamos de que las baldosa de la Plaza son un desastre, de que las jardineras y plantas no se cambian y de lo poco cívicos que somos ensuciando la misma, también tenemos que protestar por tener que ver esos carteles por doquier que la afean e impiden verla en todo su esplendor.
Una vez dicho esto habría que preguntarse ahora el motivo de que se haya tardado tantos años en tomar esta decisión y dejado hasta ahora de aplicar y cumplir esta normativa. La justificación del alcalde D. Luis Casado de que la decisión no se ha tomado antes porque ahora se ha masificado el tema de los carteles no es coherente puesto que si se hubiera puesto freno al primer anunciante no hubieran proliferado los demás.
Asimismo cabría preguntarse por qué partidos políticos como UPN durante años, CDN durante un tiempo y ahora Aralar incumplen esta ley conociéndola y por qué han colgado sus carteles de los balcones de sus sedes en la Plaza.
También por qué se ha permitido durante años que el sindicato LAB tuviera pancartas, fotografías y carteles de grandes dimensiones en lo alto de uno de los edificios y por qué se ha permitido la colocación de carteles que ocupan toda la balconada del inmueble que se quiere vender, en vez de carteles de pequeñas dimensione en sus ventanas, como se hace en otros lugares.
