Opinión

Separar la Iglesia del Estado

No podemos continuar mezclando el poder religioso con el poder político. Cuando el PP consiga -como es lógico- el gobierno de España, después de comprobar el desastre al que el gobierno socialista ha llevado al país, tendrá que acabar con el despropósito, anacrónico y obsoleto, de que la iglesia católica siga imponiendo una moral falsa y mítica, que traiciona a Cristo.

Como partido de centro reformista, donde la mayoría de los españoles cabemos, debemos de luchar por Leyes que unan a todos, sin privilegios a ninguna institución religiosa, que durante siglos han pisoteado y siguen pisoteando los derechos humanos, cuando no dan libertad de conciencia ni a sus fieles, imponiendo dogmas y fundamentos cristianos, que van contra el derecho y la dignidad de las personas, no reconociendo el derecho de las mujeres y gays, ni el derecho de las personas, a ser dueños de sus actos, ni en el matrimonio, y su libre decisión a una muerte digna o a imponernos una moral sexual obsoleta y ridícula.

Y, por último, la crisis económica no nos permite seguir gastando ingentes cantidades de dinero en mantener un patrimonio que, siendo del pueblo de Dios, está en manos de mandatarios que hacen de él lo que quieren, sin contar con los auténticos dueños.