Opinión

Seis medidas efectivas de reducción del déficit público

Están tocando a rebato y, aunque mucho más tarde de lo debido, tanto el Gobierno español como la oposición están proponiendo medidas para paliar el desbocado déficit público. Con ánimo constructivo, la misma improvisación que las grandes instituciones pletóricas de expertos y para estimular la conversación social, también podemos sugerir algunas ideas que se escuchan por la calle y que raramente se recogen y propagan en los medios de comunicación convencional por enumerar temas tabú sobre los que se corre una espesa cortina de ocultación. La aceptación de estos recortes supondría un ahorro inmenso de los gastos, que podría dedicarse a inversiones en educación (para quienes acrediten competencia y voluntad de excelencia acorde a lo estudien, no para eternizarse en las Universidades), atención a los más desfavorecidos (siempre que no rehuyan aportar su esfuerzo de trabajo o de reconversión profesional en la medida de sus capacidades)...

1. Cuando las tropas norteamericanas y europeas desfilan por Moscú, ¿con qué lógica se mantiene el ingente e innecesario gasto militar? Propuesta: Desmilitarización del Estado Español, que pasaría a ser el primero en Europa (salvo los minúsculos Vaticano, Andorra, Mónaco, Liechtenstein,...) sin ningún tipo de ejército. En un plazo de diez años, de modo gradual pero inexorable, se eliminarían todo el gasto militar (más de 18.000 millones de € al año). De modo inmediato se suprimirían todas las inversiones no comprometidas y, cumpliéndose los contratos firmados, se caminaría hacia un 2020 sin militares, sin desfiles,... Algunas unidades se transformarían en protección civil (salvamento marino, ...), o de control policial (de fronteras,...), pero desaparecerían todo presupuesto militar. Todo el personal militar excedente recibiría una compensación económica como indemnización y para su oportuna reconversión hacia sectores civiles, que procedería de la venta del material y de las instalaciones militares.

2. Cuando por Internet se puede participar diariamente en las decisiones colectivas, ¿qué razón pervive para mantener un sistema de representación partidista tan oneroso como ineficaz? Propuesta: Reducción drástica de cargos políticos con medidas de fusión a escala local, autonómica y estatal. Los municipios habrían de mantener una dimensión demográfica mínima de 10.000 habitantes, procediéndose al reagrupamiento y fusión en mancomunidades con Alcaldía única en el plazo de 4 años. De los actuales 8.114 municipios en el Estado, se produciría un considerable reducción en cargos innecesarios, quedando los funcionarios adscritos a la nueva corporación agrupada. Por ejemplo, de los 112 municipios en Bizkaia (con alcaldías, concejalías, liberados,...), sólo trece superan los 10.000 habitantes, y de los cuatrocientos municipios de Burgos sólo tres cumplen con esta cifra. En Grecia han reducido de 1.300 a sólo 340 el número de entidades administrativas locales y municipios. Esto podría aplicarse a las caducas Diputaciones en las provincias no forales, o incluso en los territorios forales. ¿Qué sentido mantiene que en Euskadi se elija para siete parlamentos (3 forales, 1 autonómico, 2 estatales y 1 europeo), cuando al final nadie sabe quién es "su" representante, ni el elegido conoce a sus representados? ¡Ah, y que todos sean políticos sin privilegios (ni de jubilación,...)!

3. Cuando existen miles de millares de liberados sindicales y empresariales a tiempo completo o parcial, pero cuya eficacia es discutible y de casi nula mejora de la productividad, ¿no convendría adelgazar estas organizaciones? Propuesta: Reducción significativa de las organizaciones políticas, empresariales y sindicales, cuyo cómputo total en liberaciones sumadas equivale (si se contabilizan todas las horas parciales de tantos agentes) a muchos centenares de miles de asalariados, al tiempo que se mejoran los sistemas de información y defensa de los trabajadores y se exige un mayor rendimiento respecto al costo a las organizaciones empresariales.

4. Propuesta: Fusión y simplificación de las Administraciones que nunca serían redundantes, sino intercomunicadas en red con modelos de "gobierno abierto" reales, facilitando una gestión transparente a la ciudadanía de todos los procesos internos de decisión sobre la "cosa pública". Se procedería a la desaparición de tantas empresas, agencias o consorcios públicos que pretendidamente buscan la coordinación interinstitucional, aunque en general no logran sino hacer más tupida la maraña de lo público. Los puestos de cargos políticos únicamente supondrían una décima parte de los puestos de funcionarios del nivel máximo, evitándose el abuso de asesorías que pululan por todas las administraciones, entorpeciendo más que contribuyendo a la gestión. La misma Función Pública se profesionalizaría al máximo, con una progresión en escalafón basada en resultados (y no por mera antigüedad - o Carbono 14). También en este apartado podría incluirse la fusión racional de las Cajas de Ahorro, que son entidades medio públicas con mucho Consejo de Administración y duplicidades de gestión fácilmente simplificables... para ofrecer un mejor y más económico servicio.