Opinión

Seguimos buscando

Hegel afirmó aquello de que "Dios ha muerto" y Nietzsche enterró esa moral. El problema se plantea cuando también ha quedado claro, tras la lúgubre etapa de yuppies y trepas, que, a pesar de que el dinero es

el único dios verdadero, el ser humano necesita de un algo más para vivir.

Ese algo más sigue siendo para muchos la religión, pero la mayoría de la ciudadanía parece haber perdido el norte desde el mismo momento en que la caída del muro del consumismo demostró que es el ser, y

no el tener, la clave de la existencia.

Entretanto, parece como si colectivamente nos revolviésemos contra nosotros mismos, conscientes del absurdo de tanta lucha, tanto desahucio personal y colectivo por alcanzar unos hitos -en forma de necesidades- que hacen que esa búsqueda sea un fin contradictorio ante la sencillez, profunda y fría, del estar ahí.