Opinión

Rubalcaba

Desde el 77, el PSOE ha sido un fuerte instrumento de poder. ZP lo pastoreó desde 2002 con mano de hierro. Todos los socialistas le siguieron, y aplaudieron, a pesar de su deriva radical, por que les ganaba elecciones, y empleó a un montón de ellos en las administraciones, así que nadie osó mostrar, en público, ninguna divergencia.



La radicalidad del republicanismo cívico de ZP marcó una hoja de ruta que aplicó sin concesiones, con el aplauso de las minorías radicalizadas y sin el apoyo de al menos medio país. Nunca quiso pactar con el PP, tardó en reaccionar contra la crisis económica, y su reacción fue tibia, como lo está demostrando el nuevo gobierno Rajoy que en apenas unas semanas está empezando a remediar tantos entuertos.



En vez de esperar unos meses, para asimilar la derrota, y analizarla con perspectiva, el aparato convocó un congreso deprisa y corriendo, para impedir que surgiesen más candidatos con posibilidades, y así continuar en el machito.



Después de haber perdido más de 4 millones de votos, los dos candidatos a la secretaría general hablaron de democracia y de enfrentarse al PP, mirándose de reojo y radicalizando el discurso basado en el anticatolicismo recurrente, el feminismo, y los derechos sociales para intentar ganar el voto de algún delegado despistado. Rubalcaba en su discurso fue más sólido y el de la Chacón fue más emotivo y chillón. Olvidaron el analizar las causas de la desafección de tantos votantes. Tan responsables son ellos dos, como ZP. Tan sólo plantearon la promesa de volver a retomar el poder, para así parar a la derecha (sic), ante tantos delegados desalojados del poder municipal, autonómico, estatal, ávidos de un futuro mejor.



Han obviado discutir la búsqueda de nuevos caminos por donde intentarán atraerse a tantos votantes del centro, a tantos jóvenes que les han abandonado. Como no espabilen, seguirán en el peor mundo posible, en el actual sandwich: los más a la izquierda se consolidarán en torno a IU, y otros muchos votantes, más de centro, de momento los retendrá la abstención o Rajoy, ya que el poder siempre da un plus y desde el radicalismo dudo que los enganchen.



Tienen que revisar postulados obsoletos del Estado del Bienestar, pues la realidad dicta que muchas premisas socialdemócratas, hoy no son viables y que una buena parte de ellas, se las arrebató el PP.



Rubalcaba es un adversario más fuerte, por más competente, que la Chacón para los de Rajoy. Pero Rubalcaba es una persona de transición, la solución menos mala, que asegurará un fortalecimiento más rápido del PSOE. Para que funcione la Democracia se necesita una oposición fuerte, pero hoy en el medio plazo, en España eso no es posible, los errores ZP tardarán en borrarlos.