Opinión

Ricardo el grande

Los conservadores de la rancia patria y de la fe, siempre recatados y comedidos, se han montado al carro de Marx y se están poniendo hasta los ojos de fumar su nuevo opio: Manifestarse por doquier.

A su vez, los mal llamados ‘progres’ se dopan con antidepresivos más light del tipo 'derby futbolero', mientras el embajador navarro en la villa y corte, señor Ricardo de León, ha dejado un“rastro” de euros e irregularidades dignos de la propia CIA, que ha llevado a ordenar una investigación al nada sospechoso alcalde Gallardón, mientras aquí no se habla de otra cosa que del liderazgo de Osasuna en Primera División.

Decididamente, vivimos en el país de Alicia y sus Maravillas.