Opinión

Reyes de naipes

Resulta un auténtico espectáculo aciago ver esta semana la que han montado los reyes de España y Marruecos... Desde el populismo más aburrido, manipulador y sórdido hemos contemplado la visita de Juan Carlos a Ceuta y Melilla, rodeado del glamour rojigualda y el populacho más manido, mientras el otro monarca, el Alauita, alentaba a sus súbditos en contra del reino de España, regente indiscutible de las ciudades-estado.

Hace unos días visité el país vecino, y avergüenza comprobar a qué se dedica un Rey que teniendo un palacio en cada ciudad, permite que su gente no sólo pase hambre, si no que viva rodeado de inmundicias, -que casi con orgullo muestran al turista-, alentando un nacionalismo de guión y catecismo que si no llena los estómagos y resta necesidades a su gente, al menos llena de inútiles esperanzas ondeando una bandera que a este paso ni la ONU ni nadie va a cuestionar en el Sáhara...

Mientras, en España se ensalza la figura supuestamente mediadora de una monarquía que tuvo su papel, y es hoy por hoy una embajadora válida en muchos foros, pero que confunde su función alentando procesiones y desfiles que de nada sirven y en nada ayudan a la cohesión de un país como el nuestro que tiene que dar otros pasos más serenos que los de la salvaguarda patria...

Esto es lo que hay: Líderes de barro, naipes de suerte y charanga. Panderetas de ruido “popular”. Como versaba aquella vieja pintada en el Tubo, “los Reyes, p´al mus”. Mariano