Considero que la música debe de llegar a todo el mundo, y LUCIANO PAVAROTTI no fue una excepción ya que fue el primero en llevar el “bello canto” o arias de ópera al pueblo llano en estadios, campos de fútbol y palacios de deportes, siempre a precios tan populares como si de un concierto de operación triunfo se tratase. Yo fui testigo por 1.500 pesetas (de entonces).
Era tan barbudo y grueso como generoso y como el mejor (a mi juicio) se desenvolvía tanto con arias de PUCCINI como cantando la canción de GRANADA o el O SOLEÉ MIO. Él llevó a realizar el perfecto triunvirato de la ópera, contando con DOMINGO y CARRERAS para realizar giras que la gente nunca pudo imaginar. La cultura nace en el pueblo y es del pueblo no sólamente de palacios de ópera, grandes teatros, trajes de esmoquin, señoras con pieles y sobriamente enjoyadas. Por eso, un réquiem de MOZART por LUCIANO PAVAROTTI.
