Opinión

Regreso a Cascantum

Cascante celebra estos días su V Semana Romana. Es sorprendente y elogiable la implicación de sus vecinos, cada año más, en la organización de las múltiples y variadas actividades que enriquecen el programa. Todo un ejemplo para el resto de Navarra de fructífera colaboración entre diferentes colectivos e instituciones en torno a un objetivo común: la promoción de esta ciudad a través del conocimiento y la difusión de su riqueza histórica y cultural. No debemos olvidar que la referencia documental más antigua que existe de la presencia romana en nuestra zona habla ya de Cascante, por lo que en pocos lugares de Navarra podría ser más idónea la celebración de toda una semana de actividades relacionadas con el mundo romano.

En esta nueva edición, el tema escogido son los oficios profesionales en la época romana. Estamos en una localidad, en una tierra, de importantes hallazgos que nos sirven para explicar y arrojar luz sobre la vida de los romanos y las actividades que llevaban a cabo.

El descubrimiento de cerámicas y de mosaicos, como los encontrados en las excavaciones realizadas en 1970 donde ahora se levanta parte del colegio, ponen de manifiesto la intensa actividad comercial y artística que se dio durante la dominación romana. El hallazgo de ánforas y dolias, como las descubiertas también en Cascante, nos recuerda que los romanos fueron grandes productores de vino, que junto al olivo y los cereales conformaban, como cultivos mayoritarios, la actividad agrícola en la que se sustentaba gran parte de la economía romana, actividad que recaía en los campesinos. En Cascante existieron varios “vicus”, que vendrían a equivaler a cortijos o mansiones, con un amplio terreno y ganado, que eran habitados por los campesinos y que servían para aprovisionar a las tropas romanas.

Hoy diríamos que trabajar en las fuerzas armadas es un oficio más una vez profesionalizadas. Pues bien, los soldados romanos eran asalariados, percibían diferente remuneración dependiendo del cuerpo militar al que pertenecían y debían ser capaces de desarrollar otras actividades, como ser artesanos y campesinos.