Opinión

¿Qué pasará con los trenes regionales y con la estación a la llegada del AVE?

Hace unas fechas se realizó una manifestación por el centro de Tudela en defensa del tren convencional y contra el AVE sobre la que quisiera abrir un público debate. No es muy defendible la postura directa del No al TAV. El tren de alta velocidad va a pasar por Tudela. Eso es un hecho y no hay vuelta atrás. Puesto que va a pasar, lo mínimo sería pedir que parase. Eso sí, que nadie se extrañe si sólo hay un par de paradas al día sentido Madrid y otro par sentido Pamplona. Si ahora hay Altarias de la línea Madrid que no paran en Tudela, lo mismo ocurrirá con el AVE.

Con la llegada del AVE lo que ha ocurrido en otras zonas de España es la supresión de casi todos los trenes regionales convencionales que paran en muchos pueblos para ser sustituidos por lanzaderas sobre vías AVE que sólo paran en las ciudades más grandes, pero con precio del billete que triplicará en muchos casos el actual. En nuestro ámbito, los pueblos entre Tudela y Pamplona pueden ir olvidándose de la estación del tren. Con suerte se podría garantizar un único servicio regional al día en cada sentido. Cuando, finalmente, el AVE llegue a Logroño, tanto Castejón como Ribaforada y Cortes tendrán que despedirse de sus estaciones de tren. Los regionales no existirán o lo harán de forma testimonial. Las lanzaderas y los AVE pasarán por dichos pueblos, pero ninguno parará.

No puedo estar en contra de la llegada a Tudela de la Alta Velocidad, pero sí que puedo estar en contra de que eso se haga a cualquier coste, incluido el social. Recuerden que pararán muy pocos AVE y sólo alguna lanzadera más, pero únicamente en Tudela. Para ganar entre 10 y 15 minutos en un trayecto Tudela a Zaragoza o Pamplona, tendremos que pagar el triple. ¿Compensa? Creo que No. Los usuarios habituales del tren suelen ser jubilados que no conducen, estudiantes y, sobre todo, personas que trabajan en distinta ciudad de donde viven. Ninguno de esos grupos pueden permitirse triplicar su presupuesto en viajes.

Tampoco es trivial el debate de qué hacemos con la vía actual. Está claro que su actual emplazamiento presenta, por una parte, la gran ventaja de la ubicación en el centro de la ciudad, además de tener conexión directa con los autobuses de los pueblos vecinos. Por otra parte, la vía es un obstáculo para las comunicaciones con la Azucarera. Personalmente considero que la opción más correcta sería dejar la estación donde está pero con las vías soterradas. El problema es que es una opción cara; muy cara. Si ni Fomento y el Gobierno Foral ponen el dinero para esta opción, quedan otras dos: dejar la vía donde está y añadir un único carril de TAV o sacar las vías y la estación fuera de la ciudad. Si sacamos la de tren, ¿tendremos que sacar también la de autobús? Si no lo hacemos, ¿perdemos la intermodalidad? ¿Le decimos a un vecino de Cintruénigo que quiere ir en tren que coja el bus de Arasa que le dejaría en el centro de Tudela, que espere allí, en el mejor de los casos, al menos un cuarto de hora a que llegue el bus urbano que le paseará ricamente por media ciudad para recoger más viajeros antes de llevarlo a la nueva estación? ¿Cómo le explicamos que va a tardar el doble de tiempo en ir de su casa a la nueva estación que lo que le va a costar el viaje Tudela – Pamplona en lanzadera? Si, al final, se ha de colocar en el extrarradio, parece que la mejor ubicación sería tras el cerro del hospital pues podría prorrogarse sin un coste excesivo el recorrido del de bus urbano que accede a dicho centro médico.

El problema de todo esto es que parece que nadie se ha parado a pensar en cómo estructurar nuestra red completa de transporte colectivo en la región. Personalmente he preguntado a varios concejales sobre este tema y la respuesta común es que eso ya se estudiará cuando se haya decidido el trazado, incluida la estación del AVE. Craso error. Precisamente el cómo conectar la estación con el resto de servicios de transporte, principalmente los autobuses urbanos de Tudela y las líneas interurbanas de Conda y Arasa, debería ser uno de los puntos clave del estudio para decidir el trazado y la ubicación. El no hacerlo significaría que no se han tenido en cuenta en el apartado de costes los de conectividad futura, ni los sociales por pérdidas de servicios. Significaría que no se ha tenido en cuenta el balance coste / beneficio (incluido el social) de cada alternativa. Estaríamos otra vez ante la chapuza nacional de “primero lo construimos y luego ya pensamos qué hacemos con ello”.

Juan Carlos Alfaro López