No sé a qué esperan. La agonía permanente en que estamos sumidos nos va a terminar de matar. Además, padecemos una incertidumbre continua que en nada nos beneficia y, visto lo visto, con la incapacidad absoluta que están demostrando nuestros políticos, es preferible que, desde fuera, desde un punto de vista pragmático y técnico, organicen nuestra realidad y orienten nuestros destinos.
Está claro, esa casta que antaño liderara la sensibilidad social se fagocita y cierra sobre sí misma de una forma tan endogámica que es, en este preciso momento, absolutamente inútil. No está a la altura ni del momento histórico ni de las circunstancias que nos rodean.
Por ello, creo que la intervención del Estado por parte de Europa resulta en este instante la única solución viable, la única alternativa que pudiera aportar un mínimo de futuro a nuestra ya permanente insolvencia de ideas y desconocimiento absoluto de los caminos a seguir. Y aportaría un mínimo de cordura a una situación de globos sonda permanentes en que nos tiene sumido el lobby político estatal. Sin tomar decisiones de verdad, sin marcar un camino real, sin determinar hacia dónde conducirse. En definitiva, sometido a la ocurrencia del momento, ya sea desde el Estado, desde las Autonomías y Ayuntamientos o desde toda clase de entes públicos.
¿A quién pretenden engañar? Muchos patriotas han disfrutado estos días de "La Roja", ahora sólo cabe esperar que no muramos abrasados en ese mismo incompetente ímpetu.
