Opinión

Propósitos para el nuevo año

Sabemos que es así, que cada 31 de diciembre, y cada primeros días de enero, todos, pero sin dejar uno, nos hacemos buenos propósitos, nos llenamos de buenas intenciones, y es ese momento, los deseos son más fuertes de lo que llegará a ser la voluntad que luche por hacerlos realidad, por plasmarlos en hechos consumados.

Pero este año, puede ser especial, sólo depende de nosotros, de nuestra voluntad que puede hacer cumplir, porque voy a aprovecharme de nuestro buen amigo Joan Manuel Serrat, alguien que puede ser definido con poeta de la vida, cantante de los sueños plasmados en la realidad. “La vida nos la dan pero no nos la regalan, la vida se paga”, y hay que pagarla cara o barata, depende de la suerte de cada uno, una cosa es clara, que la vida de todos cuesta lo mismo y lo que aquí no pagamos lo pagaremos después.

Y así este año podemos gozar de las bienaventuranzas de Serrat y ser “necios al prestarnos a dar consejos y hacernos sabios a base de los errores ajenos”, o incluso “tener la suerte de ser pobres y saber que nadie nos quiere por lo que tenemos”, y “aquellos que gocen del fracaso entonces sabrán quienes son sus verdaderos amigos”, y tienen suerte “aquellos que aman porque ya tienen el cincuenta por ciento de las posibilidades de ser amado”.

Nada que de una simple canción que con seguridad hemos oído en muchísimas ocasiones, podemos ver no los propósitos, sino las cosa buenas de a vida, que “a plazos o al contado, siempre pasa factura”, y con propósitos cumplidos o con deseos sin cumplir podemos se aventurados por vivir y dichosos por disfrutar de los demás, de ver la mañana, de respirar la noche y de dormir con nuestros sueños.

Podemos soñar con hacer felices a los demás, porque eso no hará felices.