La sociedad, de la que no olvidemos forman parte también ellos, y no solo de “motu propio” como el resto de los mortales, sino porque además se han erigido en representantes de sus convecinos, los suspende, claro que según las estadísticas. Pero todos sabemos que cunado el río suena algo lleva, y si a través de los cristales tintados se ve la calle, se percibe que la población no esta contenta, esta muy enfadada, esta realmente “cabreada”.
Y como todas las cosas obedecen a una explicación, pues este fenómeno de desidia a la llamada clase política, no podía ser menos.
Lo grave es cuando alguien se considera imprescindible y se cree con derechos de posesión sobre los sillones, estrados, o varas de mando. Y de esos desgraciadamente proliferan, y además son incapaces de reconocer cuando se equivocan o cuando una cosa esta bien hecha, o faculta el bien de los ciudadanos, solo por que el contrario lo ha propuesto, o porque si se equivoca da votos al otro.
La sociedad está cansada, ¡¡¡harta!!!, de personajes que no se comprometen con seriedad, los dicen una cosa y al día siguiente o no la defienden o dicen otra, los ciudadanos quieren “políticos que se mojen”, que se comprometan con las causas por las que despertaron la inquietud para que les votasen.
