Opinión

Por otro abordaje de la crisis: hacia una sociedad nueva

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El debate oficial y más o menos ordinario se ha mantenido mayormente en términos de disyuntiva entre austeridad y crecimiento. Ha sido la austeridad la que hasta ahora se ha impuesto a los países del sur de Europa como medicina contra la crisis, contra el parecer de insignes economistas que, por esa vía, auguraban empeoramiento y recesión, y que apostaban por impulsar el crecimiento como camino de salida.

Últimamente algunos países fuertes e instituciones de la Unión parecen abrirse a salidas, aún sin concretar, que combinarían la austeridad presupuestaria con cierta ayuda a la inversión para el crecimiento. Pero hoy por hoy, y mayormente, la política económica planteada es de acusada austeridad. Pero son muchas, y desde muy diversos e importantes ángulos, las preguntas que surgen tanto sobre la austeridad como sobre el crecimiento como modelos de salida a la crisis. Y no se trata sólo de si, en términos estrictamente económicos y en el contexto actual global, ambas propuestas son razonables y viables. Se trata de saber y cuestionar, además y especialmente, si, como vías de salida, son suficientes; si no se precisan cambios estructurales profundos de orden económico, político, social, cultural y moral; si una hipotética salida que posibilitara simplemente reiniciar la recuperación de lo perdido sería satisfactoria.