Opinión

Por la boca muere el pez

Han pasado dos meses y, por lo escuchado y leído últimamente, da la sensación de que en el PSN tienen remordimiento de conciencia, o algo les corroe por dentro, por no haber podido reeditar el pacto presupuestario, de lo contrario no se a qué viene el seguir metiendo la cuñita del “no” al pacto presupuestario en cada entrevista utilizándolo siempre como arma arrojadiza contra UPN, señal inequívoca de que les escuece. Así trata el Sr. Campillo de culpar al equipo de gobierno de no querer pactar. Desde luego, por mucho que lo repita ya nadie cree su versión y por tanto no queda otra que acarrear con las consecuencias de tal decisión. En UPN ni nos ocupa ni preocupa ese tema. Es un asunto pasado, olvidado e intranscendente ya. Cuando se toma una decisión, se asume y punto. Hay que ser consecuente, tener criterio y ser responsable con lo que se dice y se hace. Cada uno es dueño de sus actos y prisionero de sus palabras.

Estamos a más de un año para las elecciones y sin embargo para el PSN hace tiempo que comenzó la campaña. Conocido es que su secretario general tocó a arrebato y mando a sus huestes a recrudecer y aumentar el acoso a UPN. Nada que objetar. Allá cada cual. Sin embargo se suceden situaciones que rallan entre lo gracioso y lo esperpéntico. Van un par de ejemplos. Con motivo de la adjudicación del proyecto de remodelación de la Casa del Reloj, el Sr. Campillo, como los malos toreros, o sea a toro pasado, se permitió decir que no ha sido la mejor forma, que se podía haber hecho así o asao, que si un ascensor exterior… No se entiende que el PSN apruebe el pliego de condiciones, que al fin y al cabo es ley a la hora de adjudicar el proyecto, y después se abstenga en la mesa de contratación para salir a continuación con sus críticas de argumento fácil de cara a la galería. Si el pliego exige unos requisitos, esos son de obligado cumplimiento. O pretende que nos saltemos la ley para adjudicarlo a proyectos que no reúnen las condiciones exigidas. Qué dirían quienes sí lo han cumplido y no se les ha adjudicado. Además el PEPRI está para algo.

Es evidente que la incongruencia y la falta de criterio acompañan al PSN casi de continuo y se quedan en evidencia en numerosas ocasiones. Como ocurrió recientemente en el martes literario a primeros de enero. En la presentación del protagonista, el que hacía las veces de presentador llegó a decir: “los martes literarios no serán acaparados por los políticos”. Esto lo decía una persona que pertenece, además de al colectivo literario que organiza junto al Centro Cultural Castel Ruiz este acontecimiento, al comité local del PSN. Pero remató la faena anunciando: “el próximo en presentar un libro será Manuel Campillo”. Y ni pestañeó.

Por la boca muere el pez.