Opinión

Policía Local de Castejón

Ya saben de que voy a hablar, por su puesto del calendario emitido, por este cuerpo de seguridad del estado. Pero es necesario puntualizar, previamente dejar claras unas ideas, la intención de los componentes del Cuerpo de Policía Local “meritoria y encomiable”; la labor artística de composición y elaboración fotográfica, “prefecta”; la disposición de los Policías Locales para la conseguir recursos para la juventud de Castejón digna de alabanza; ¿pero es necesario recurrir a este tipo de medios? Las fotos son “calientes”, torsos desnudos, posaderas al aire, pecho de la única componente femenina que con insinuación se adivina lo que “no se ve”. Claro si se plantea desde la perspectiva de que así se venderá, “desde luego” no me cabe la menor duda” porque este mundo es así, no se si se colgará en la cabina de los camiones ( que por otro lado siempre han tenido una fama no merecida) o se colgará en las barras de los bares de la zona, incluso en las paredes de las habitaciones de los jóvenes de Castejón, que a la postre serán los beneficiados de tan divulgada iniciativa.

Ya no se quien empezó con la moda de presentar este tipo de calendarios al puro estilo ”play boy”, pero se están contagiando demasiados, he llegado a ver incluso un calendario de seminaristas vaticanos que siendo jóvenes sacerdotes “de buen ver” despiertan otra sensibilidad que no se si es la correcta. Las causas son, como digo e insisto por los Policías de Castejón, buenas e interesantes (ayudar a financiar unos locales para la juventud del pueblo) es genial. Pero sigo con la duda de si las formas …, y la verdad las cosas no quedan justificadas con el fin. La conocida frase “el fin no justifica los medios” choca frontalmente con la atribuida al filosofo Sir Isaiah Berlin en su titulo de ensayo en el que afirma “el fin justifica los medios” y resulta exponente del maquiavelismo contrario a la doctrina cristiana.

No será lícito, moralmente y éticamente hablando, utilizar unos medios cuando podían utilizarse otros, para conseguir un fin por muy lícito que este resulte.