Opinión

Pensamiento navarro

Se cumple este año el cincuentenario de la muerte de Pío Baroja y Nessi, y la efemérides está pasando desapercibida porque políticamente no interesa, como no interesaba, en los albores del siglo pasado, la forma independiente de entender las cosas de este hombre del caserío Itzea de Bera de Bidasoa.

Este gran escritor conocía a la perfección la sociedad navarra de su tiempo -nació en 1872 y murió en 1956- y por ello se mofaba alegremente del periódico de la época afirmando “pensamiento y navarro, imposible”. Lo triste es que, más de medio siglo después de su muerte, esta Navarra nuestra sigue tan alejada de todo conocimiento, de todo espíritu crítico y de progreso como en aquellos años del fin del Carlismo, la Guerra Civil y la Posguerra.

Si la transición fue en España una parodia que sirvió para dejar atrás 40 años de dictadura, sin que se volviera a liar a base de hostias, da mucha pena que figuras con el renombre de este guipuzcoano afincado en Navarra no salgan del ostracismo al que lo someten nuestros responsables ¿? de Cultura ¿?, que se están limitando sólo a alcanzar el millón de turistas, destrozando por masificación los Sanfermines, ninguneando la figura de San Francisco Javier, al contaminarla con charadas y procesiones bajo palio, e interesadas con gastos suntuosos en un castillo perdido en el monte, mientras los Festivales de Navarra se pierden en el olvido, el Teatro de Olite campa por sus destinos y Tudela y la Ribera padecen la mayor sequía cultural de los últimos siglos, por citar sólo unos ejemplos más sociales que el espectáculo típico-cómico que a nivel político están ofreciendo PSN-PSOE y UPN-PP quienes, incapaces de salir del “y tú más”, aburren a la ciudadanía con campañas de desinformación que cualquiera con sentido común aborrecería.

Montesquieu ya dijo que una injusticia hecha a uno solo, es una amenaza hecha a todos.