En la calle de los herreros, es decir, Herrerías, huele a ejecución. Sí, sí, los “jueces” han dictado sentencia: ¡Qué les corteeeeeen la cabeza!, ¿A quién? ¡No te preocupes, no es a tí!
Pero sí a un ser vivo, a un árbol, mejor dicho a los 100 árboles que viven allí desde hace, años.
Nosotros/as, pertenecientes a Ecologistas en Acción, nos sentimos indignados por este hecho, ya que sólo está justificado por intereses urbanísticos carentes de todo criterio y no medioambientales , naturales o de otra índole.
Se nos dice, que se van a transplantar, pero alguien nos ha dicho ¿por qué? y ¿a qué coste?
Sí, en los dos sentidos de la palabra, el económico: ¿cuánto cuesta esa acción para que realmente sobrevivan? y el metafísico: ¿sobrevivirán?
Nosotros/as, ciudadanos/as preocupados/as, y comprometidos/as por el medioambiente, y en especial, por el de la Ribera de Navarra, pensamos que una alternativa a esa propuesta es la restitución gradual de los árboles muertos, para que no se produzca impacto paisajístico, natural (la aniquilación del poco entorno verde de la ciudad) ni moral, ¿cuántos son los vecinos/as que han visto crecer a esos árboles, que los han mimado para que cumplan su función?
¿Función?, sí, esos árboles han trabajado y trabajan para esta ciudad.
Dan sombra, filtran y retienen contaminantes, cobijan aves insectívoras, que a su vez, devoran insectos molestos y perjudiciales.
Sin más palabras y dándonos un tiempo para reflexionar bajo su sombra y el trinar de las aves que en ellos habitan.
