No hemos salido todavía de nuestro asombro, resulta que ahora nos enteramos que en Tafalla, parece como si no hubo un muerto causado por las cuchilladas de su mujer. Nuestro preclaro Jurado Foral, ha declarado no culpable a su mujer ¡toma del frasco carrasco!
¡Cada día estamos más estupendos y más majos! Ahora resulta que no han matado a un ser humano, en fin que debemos seguir con nuestra vida como si no hubiese habido un cadáver. Todos podemos entender que este hombre fuese -no lo sé- un torturador continuado de su esposa, que haya sido mal padre, etc. Pero ¿desde cuándo en nuestra sociedad nos tomamos la justicia por la mano? No vivimos aislados en las montañas, estamos organizamos en sociedad, y así hemos delegado el uso de la violencia en el Estado, que es el garante de impartir justicia y en su caso aplicar las penas, no vamos por el mundo como en la películas de vaqueros tomándonos la justicia a nuestro antojo.
Parece como si un sector de nuestra sociedad no pudiese condenar a una mujer, porque era una víctima de malos tratos. La falta de principios claros, el dichoso relativismo, les hace confundir las churras con las merinas, una cosa son los malos tratos, otra la legítima defensa, o tal o cual atenuante, pero el hecho objetivo es ¡que no podemos olvidarnos del muerto!
Confio que el fiscal recurra, y se restablezca la Justicia, y se repongan en jueces profesionales las funciones jurisdiccionales, dado el buenismo que nos invade, con estos veredictos populares.
