Opinión

Peladilla a la intransigencia

Es el pan nuestro de cada día. ¡Qué aficionados somos a la intransigencia! Nos gusta deformar a los adversarios, dibujarlos con unos trazos gruesos, e incluso a veces hacerles decir, lo que no dicen, y una vez presentados como un estereotipo asqueroso y deforme, comenzar el pimpampum, y quedamos tan contentos.



Políticos, pe-riodistas y tertulianos, acostumbran a caricaturizar sin pensar, a atacar a sus fantasmas. En cuanto ¡un loco mata a seis personas en Arizona!, y zas... sale la progresía americana y sin más, sin esperar una mejor información, dicen ellos y los de aquí repiten ¡la culpa es del Te Party! Está clarísimo, la mejor prueba la encuentran en el mapa de los Usa con dianas sobre los estados a conquistar, entre ellos, Arizona en la web de la Palin. Los de aquí, a pesar de los miles de kilómetros de distancia, del desconocimiento de esa lejana realidad, creen conocerla gracias a la información sectaria-televisiva que reciben. Les regocija con su ideario, atacar a la pieza más deseada a batir.



La condenan culpable del “desquicio social” causante de la tragedia ¡leña al mono!



¡Paicido! pasa en la derecha, si machacan a un Consejero del PP en Murcia, pues ¡está claro que es la izquierda, la que lo ha auspiciado! y más de lo mismo ¡leña al mono! pero en sentido contrario. Que siempre todo está claro, que la culpa es de los adversarios. Todo el mundo se pone nervioso, cuando nos toca sufrir de cerca la intransigencia, y actuando precipitadamente los Rubalcabas de turno, detienen a uno que al parecer no tenía relación con el tema, pero daba el perfil de extrema izquierda.



¡Porqué tanta sal gorda! que favorece la crispación. No es mejor hacer afirmaciones cuando las tengamos contrastadas. No es mejor informar en primer lugar de los datos, no hablar de suposiciones, relatar los hechos con mesura, para que todo el mundo desarrolle el intelecto, comprenda el fondo de las cosas, las informaciones nos hagan pensar, se critiquen a los adversarios -no a nuestros fantasmas- y salvando siempre a las personas -todas merecen un respeto- discutamos las ideas, y tratemos de llegar al fondo de las cosas, sin maniqueísmos. ¡Qué país!