Opinión

Pax avant

El panorama político foral muestra, una vez más, bien clara la pluralidad y complejidad de Navarra. Y como ya era habitual en la alta edad media, no queda más remedio que hablar y pactar no sólo para formar gobierno, sino para ser capaces de crear, desde la convivencia de muy dispares sensibilidades, una sociedad moderna a la altura de las circunstancias.

Curiosamente, esto que nos distingue y eleva, es lo que más problemas nos produce, y es un reflejo más del eterno sino de esta tierra Navarra nuestra, tan radicalmente distinta de norte a sur, pero tan radicalmente Navarra, que ya definiera en su día Julio Caro Baroja.

Así, este miércoles tiene lugar la sesión constitutiva del Parlamento de Navarra cuyos órganos de gobierno, -formados por Presidente, Vicepresidentes y Secretarios-, son la más alta institución de Navarra según las funciones que le atribuye el Amejoramiento del Fuero. Razón por la que UPN ha brindado su respaldo al PSN para evitar que esos “lobos” que ya bajan del monte organizados, atesoren algo más que ese saber hacer que lleva unos años descolocando a sirios y troyanos.

No quisiera estar en la piel de Fernando Puras, que deberá saber conjugar a la perfección el afán por ser Presidente con ser consciente y consecuente con la situación que le ha tocado vivir. Pero tampoco debemos rasgarnos las vestiduras por que se den nuevas situaciones, perfectamente legítimas, en las que otra parte de la sociedad pudiera alcanzar el tomar las riendas de algunas áreas.