Ser Capital Europea de la Cultura, es un reto para conseguir ahora y
trabajar hasta el 2016, ciudades como Liverpool y Stavanger lo son en
2008, y muchas otras anteriores desde 1985 han disfrutado de un
nombramiento tal importante, que alza de categoría a una ciudad que en el
caso de Pamplona, sería reafirmar no sólo lo cultural de su condición,
sino su multiculturalidad mundialmente conocida.
Europa fija el foco de atención en una ciudad elegida y para ese años 2016
le toca a España, pero no es fácil, optan más de diez ciudades de nuestra
geografía, se conjuga junto a una tradición unas aspiraciones a ser
catalogada como centro cultural, referente para la cultura en Europa, y
con la elección y a través de la candidatura se pretende trasladar al
conjunto de la Unión Europea, todas sus singularidades que definen una
forma peculiar de vida que representa el carácter especial de este pueblo,
de los habitantes de esta ciudad de Pamplona, en la que la historia sabe
conjugar la fiesta, y la cultura, sabe conjugar la antigüedad con la
modernidad y adaptación a los tiempos actuales.
Podemos volcar todos nuestras fuerzas, y nuestras oraciones para conseguir
que la vieja ciudad de los cinco burgos, sea reconocida culturalmente y
quizás un nuevo Hemingway, ese llamado Ernest, escriba una nueva “Fiesta”
reconociendo a esta ciudad de Pamplona una nueva dimensión culturalmente
reconocida.