Opinión

Pagar justos por pecadores

En la película de Forrest Gump, Jenny pregunta: ¿Eres tonto o algo parecido? Y él contesta: "mi mamá dice que tonto es el que hace tonterías".



Así que me tenía que quitar una pequeña espina tras comprobar que muchas veces pagamos las consecuencias los justos por unos pocos pecadores.



Les cuento: El otro día, cuando caminaba por la calle de la Enseñanza, -ese tipo de calles en las que la calzada y acera son una, pero donde está bien diferenciada lo que es acera y lo que corresponde a la calzada-, me encontré con un auténtico tonto, de esos tontos que hacen tonterías, de los de verdad.



Como decía, caminaba pensando en mis cosas, por la acera, sin molestar a nadie, y de repente apareció el tonto, con el coche circulando a una velocidad que no era la apropiada para ese tipo de vía o calle. Me aparté un poco hacia la pared, algo molesto y pensé que después de los cuarenta uno se vuelve raro o algo así, pero mi sorpresa fue que por la acera de enfrente paseaba una chica joven que le soltó un “algo acerca de su madre” mientras salía del portal en el que se había refugiado y mientras el color amarillento de su cara se iba tornando sonrosado. Para entonces, ya se encontraba en la calle Gayarre, y no pudo oír el improperio. Me dí cuenta de que no era una rareza mía, sino que nos encontrábamos ante un caso de un atontado, sí, de esos que hacen tonterías.



El caso es que, a decir verdad, manda cojones que tengamos que aguantar a ese tipo de tontos y a otros diez más o menos que tendrá Tudela entre conductores de motos y coches. Que por culpa de esos tontos tenga que trepar por las paredes, en vez de circular tranquilamente por la acera; por culpa de algún tonto de esos, el M.I. Ayuntamiento de Tudela se ha gastado un pastón en hacer los veintitantos pasos elevados para peatones, (no imagino el coste económico, como haya que ajustarlos a las medidas normalizadas) y a su vez impiden circular a esos coches tan chulos con faldones y ruedas anchas que los llaman ”tunning”.



A mi primo Miguel se le está quedando la espalda como un ocho, de tanto circular con el tractor por encima de esos badenes (los tractores carecen de amortiguación). Y si a un amigo le da un infarto, no llegará la ambulancia para salvarlo, ya que no existen vías rápidas para este tipo de vehículos por culpa de los badenes. Como a mi hermana Charo se le queme la sartén cuando guisa, para cuando lleguen los bomberos se habrá quemado el bloque de pisos entero; y algún tonto de esos será el responsable.



Quizá alguna ordenanza municipal sí que se podría hacer, de manera que acumulen tantas multas, que sean su pesadilla por las noches cuando duermen. O que les precinten los vehículos, que les quiten tantos puntos que no puedan circular ni con bicicleta, todo menos aguantar a los tontos y las consecuencias de sus tonterías.