Como casi siempre sucede, ocurrió muy rápido y se podría haber evitado, estando de por medio un vehículo. Uno, pensando que el deporte puede ser bueno para tu salud y tu espíritu, y sin embargo aparece de repente una persona ajena a tu diversión dispuesta, queriendo o sin querer, a estropearte el día, o lo que es peor, a tener que pasar por el hospital como ha sido mi caso.
Esto ocurrió un domingo de marzo hacia el medio día y a mi entender sin ningún problema atmosférico, agua niebla, etc. cuando, repito, por acusas ajenas al ciclista, me vi entrente de un vehículo que no hizo o quiso hacer lo correcto ante una señal de stop que, creo, significa “detenerse-parar” igual para todos los usuarios de la vía indistintamente del vehículo que uno conduzca.
Escribo esta líneas desde mi perplejidad ante lo que parecía estar claro, a lo que ahora hay que hacer y decir cosas muy diferentes, en el caso del conductor del vehículo.
Sirva esta carta como aviso a muchos que se dejan influenciar erróneamente, y por lo que encima les tenemos que pagar y que son algunas Compañías de Seguros.
