Opinión

Otra vez la falta de previsión

Si dijese que el próximo 30 de junio van a comenzar las obras de mejoras de las piscinas municipales del Elola o de las piscinas de cualquier otra localidad seguro que todos clamaríamos al cielo protestando por las oportunidad de las mismas. Lo curioso es que aunque las piscinas son sólo ocio, no lo hacemos con otras cosas. Así el Ayuntamiento de Tudela no ha tenido otra fecha para comenzar las obras del patio del Colegio Elvira España de Tudela que pasado un mes y medio del comienzo del curso escolar. Señalar, eso sí, que las condiciones de dicho patio estaban denunciadas por el propio Gobierno de Navarra desde hace años como fuera de normativa. Reconocer que, al menos, han tenido la decencia de comenzar la ejecución durante el puente de Todos los Santos y llevar a cabo durante el mismo la parte más molesta que es el levantamiento del suelo, aunque de forma chapucera, puesto que rompieron los tubos de la calefacción.

Pero eso no es obstáculo para criticar la falta de previsión y de respeto para con la Comunidad Educativa, con los padres y, sobre todo, con los niños, que no van al Colegio para estar recogidos, sino para aprender. Dichas obras deberían haberse realizado en verano, como es lógico, y si no da tiempo, al menos, la mayor parte. Pero lo peor de todo es la forma en que se ejecutan, con unas condiciones pésimas de seguridad, sobre todo para lo más pequeños. Estos, que tienen entre 3 y 5 años, se mueven en torno a una valla metálica cubierta por una red plastificada que deja ver todas las máquinas; asimismo está anclada al suelo de tal forma que con un poco de viento, que por estos lares es muy escaso, se mueve continuamente, por no hablar de la atracción que supone para los más pequeños las máquinas y los montones de tierra y socavones que se van haciendo. Pero no han tenido a bien colocar una doble valla. Sí lo han hecho, curiosamente, para lo más grandes.

Todo ello lo que demuestra es una falta de planificación que siempre achacan a cuestiones presupuestarias, el famoso cajón de sastre de las justificaciones. Sin embargo estamos hablando de unos niños pequeños y curiosos para los que no valen improvisaciones y celeridades, porque estamos hablando de planificar la seguridad. ¡Ah! Y por si acaso, el estudio de seguridad básico es responsabilidad del promotor y del proyectista, para que no achaquen a nadie la imprevisión.

Marta Elía Bauvain

Madre afectada