Opinión

Obituario

Hablar bien de una persona tras su fallecimiento es tarea fácil, por ello, sirvan estas letras únicamente para agradecer si cabe la gran labor realizada por D. Juan Escudero Arévalo en Corella. El pasado día 5 de febrero (festividad de Santa Águeda) fallecía por la mañana en su casa de Las Palmas de Gran Canaria, casa que él consideraba como segunda residencia, pues ante todo, se mostraba como un “corellano de pura cepa”. Incluso su casa corellana se encontraba en la calle caballeros en memoria de sus antepasados (pertenecientes a la orden de los Caballeros de Santiago y de Malta) y no está de más recordar que D. Juan era caballero de la Real Maestranza de Caballería de Zaragoza.