El nuevo Presidente de los EEUU, ha puesto una pica bastante más lejos de
Flandes, y no solo ha lanzado un brindis al sol, sino que ha sembrado
esperanzas que desgraciadamente no va a cumplir, y no porque no quiera, si
no derivado de la imposibilidad.
Pero respecto a un tema de tanta actualidad, y que a algunos nos preocupa
con absoluta prioridad, como es EL ABORTO, ya desengaña.
Si es verdad que en la toma de posesión, nombraba a Dios una y otra vez
(cosa que es buena, y demuestra “que existe”), ahora a tres días de su
acceso oficial a mandar en el que se llama país más poderoso del mundo,
se da rienda suelta a los abortistas, a los asesinos de indefensos, con
fondos públicos.
Se levantan las restricciones a la financiación gubernamental de grupos
abortistas en EEUU Y EN EL EXTRANJERO, hecho que supone una sería marcha
atrás a una de las políticas de George W. Bush.
Me parece que esto no se si es lo que esperaba más de uno de un Presidente
de los Estados Unidos que defendía tantas cosa, que habla de Dios y que
asiste a la iglesia par pedir ayuda.
¿Es ésta la manera de defender al débil?, pues para mi que no el más
indefenso, ese que esta en el seno materno y que no puede ser defendido
por terceros, es el propio estado, el que faculta la eliminación, y además
la extiende a otros países. Yo considero, y sin miedo a equivocarme, que
ese actuar es obra del todo lo contrario que un creyente.
Si que empezamos bien el mandato, atacando a los que no pueden defenderse,
facilitando un asesinato como es el ABORTO.