Opinión

No se puede retorcer tanto la historia

Señor Ricardo Guelbenzu, contesto al artículo Navarra 1512 que escribió en Plaza nueva, en su nº 974, porque considero que no se puede retorcer tanto la historia para que le encaje a una ideología determinada como un guante. Los tardos franquistas no son precisamente los que pueden dar lecciones de historia a nadie. Si repasamos de una forma breve el tratamiento que hacen ustedes a un episodio más reciente como fue la guerra civil española, vemos su fiabilidad. Todos podemos leer lo que ocurrió durante la guerra civil, según el Gobierno de Navarra, en los libros de texto. Según estos libros en Navarra hubo tres muertos en Lumbier por el Bombardeo de un avión, rojo claro. De, fusilamientos sin juicio en las cunetas, violaciones, aceites de ricino, etc. Sobre las barbaridades que cometieron los golpistas como el director de entonces del Diario de Navarra ó el general Mola, ni una palabra.

En su infantil intento por desprestigiar las hojas que han buzoneado por todos los pueblos de Navarra para que sus habitantes conozcan datos de la historia de este país que ustedes tapan a toda costa. La forma con que despacha unos artículos que dan fechas y datos, con un “sigue con sus monsergas, con sus medias verdades y medias mentiras”. Sin aportar ni contrarrestar ningún dato, llamándolo panfleto y asegurando que por ser de un origen abertzale ya no puede ser otra cosa que una trampa. También asegura que usan torticeramente acontecimientos pasados, si le parece poco torticero ocultar esos datos para que me encaje la situación actual en la que se encuentra. Para que nadie repare en cómo Navarra pasa de ser un País dentro de Europa a ser una provincia de otro país. Como dato le puedo dar que no son precisamente abertzales y otra gente con deseos de conocer la verdadera historia de Nabarra los que han echado metros cúbicos de hormigón sobre nuestra historia como si lo hicieron los que defienden la españolidad de nuestra tierra. La pregunta es obligada ¿Por qué será?

Al contrario que usted yo le voy a contestar a lo que ha escrito en la revista Plaza Nueva con argumentos. Los tardos franquistas mantienen la mentira de la santa unidad de España que tanto le ponía al caudillo. Aunque haya que dejar la historia oculta y enterrada para la mayoría de los navarros. De esa forma cuando alguien la intente sacar a la luz datos que contradigan vuestras mentiras, con decir cuatro frases descalificatorias baste para tranquilizar al pueblo al que le han robado su historia.

A pesar de la historia de ustedes muy ligada al aceite de ricino y las cunetas, me resulta gracioso comprobar cómo nos intentan convencer de que Patxi Zabaleta se ha inventado que mocharon el castillo de Marcilla o Arnaldo Otegi retuerce la verdad para hacernos creer que el castillo de Tiebas está en ruinas. Dos casos de fácil comprobación. El tercero que demuestra quien no retuerce la historia sino que mienten descaradamente es el palacio de los reyes de navarra, reconstruido en la época de Miguel Sanz. Con la idea feliz de poner el escudo de armas de Carlos I ó V de Alemania. Cuando ese palacio data de mucho antes que naciera éste. Tan sólo les faltó haber puesto en los flancos protegiendo al escudo dos parejas bailando sevillanas que como todo el mundo sabe es típico en el lugar.

Con lo que respecto a su carta que los pérfidos abertzales “representan así un ideario, que nunca existió, ni tuvo nada que ver con el reino de Navarra”. ¿Quiere decir que Arzallus se ha inventado que Vizcaya, Guipúzcoa, Álava, La Rioja, La Bureba y otros territorios burgaleses y cántabros pertenecieron durante siglos al reino de Navarra? Entonces cómo explica que haya reyes navarros enterrados en esos lugares. ¿Ha visto usted alguna vez algún rey regente que se entierre en el extranjero?

Más tarde usted quiere limitar las relaciones de Navarra a los reinos peninsulares mintiendo una vez más asegurando que colaboró en la reconquista de la península. Haciendo de un hecho aislado como fue la batalla de las Navas de Tolosa en algo frecuente. No sé si sabrá que Sancho VII, el fuerte participó en dicha batalla por la amenaza papal de ser excomulgado. Pero el reino de Navarra como estado europeo de aquella época no limitaba sus relaciones con los reinos peninsulares sino que tuvo asuntos en todo el continente. La mentira que no se la puede creer ni usted es cuando asegura sin ambages que Navarra desde su origen tuvo un claro sentido peninsular e hispano. Para que le cuadre la mentira dice que los reyes navarros estaban bajo una fuerte presión de los reyes de Francia, callando las presiones de los reyes peninsulares. De hecho son los peninsulares los que invaden el reino. ¿O es que la invasión de Navarra se la ha inventado Uxue Barkos? Sí señor Ricardo invasión en toda regla, lo de la guerra civil en el momento de la entrada del Duque de Alba es mentira. Esa cuestión ya se había resuelto extirpando el cáncer introducido por el católico en forma de Conde de Lerín.

La forma en que trata el “desgajo” de Ultrapuertos del reino de Navarra daría también risa si no viniera de gente con ese pasado político. Intenta hacernos creer que en las cinco merindades que quedaron invadidas se respetaban los fueros jurados cuando todo el mundo sabemos de quema de pueblos, desmoche de castillos incluso el de Olite. Estas merindades según usted tuvieron más suerte que la merindad que no pudieron los conquistadores retener para sí. Quedando bajo el mando de sus reyes naturales, los reyes de Navarra. Allí no se desmocharon castillos, ni quemaron pueblos, ni violaron mujeres. ¿No se qué entiende usted por respeto? ¿Quizás el que tuvo el General Mola en 1936? Una de las formas más torpes de retorcer la historia es cuando sus historiadores oficiales del actual régimen presentan a Enrique III de Navarra, famoso por la frase “Paris bien vale una misa”, como rey de Bearn. Cuando todo el mundo sabe que el Bearn fue un vizcondado y nunca reino.

Mire soy un simple inmigrante extremeño que estas cosas le traen al pairo, pero me jode las mentiras en la forma que usted las dice en la mencionada carta. Es como tratarnos de tontos a los lectores de Plaza Nueva. No tenía pensado en colaborar en los actos de esta gente, pero como usted condiciona a la colaboración en esos actos a un acto de adhesión al nacionalismo vasco. Soy libre de pensar que si no lo hago es un acto de adhesión al nacionalismo español cercana a la línea franquista. Por lo tanto es usted el que me anima a colaborar en esos actos. También animará a los lectores que lean esos “panfletos”, según el señor Ricardo, y saquen sus propias conclusiones. Pues como nos tengamos que fiar de la lectura de algunos, estamos listos.