Opinión

No hay democracia sin pueblo soberano

La peor colonización que puede sufrir un pueblo, una sociedad con un cierto nivel de autorreconocimiento, es la mental. Si las personas que forman un pueblo que históricamente ha manifestado su forma de ser y de estar en el mundo, pierden la capacidad de reconocerse como una realidad diferenciada de las de su entorno, tal sociedad se encuentra al borde de un enorme abismo.

Navarra, el Estado de los vascos, ha sufrido largos procesos de conquista, ocupación y dominio. Su pueblo ha resistido durante siglos a todo tipo de intentos de sustitución institucional y de imposición lingüística, cultural y política. Toda Navarra, toda Euskal Herria -el pueblo vasco-, resiste todavía a la imposición de los estados español y francés, aunque con un tremendo despiste sobre la realidad política en la que se basa tal dominio.

Nafarroa Osoak euskaldun guztiaren Estatuak, bere burujabea errekuperatu behar du.

Vasconia necesita la recuperación de su soberanía como primer elemento de su constitución democrática. Tanto desde el punto de vista de su propia organización interna como desde el de su participación solidaria en un mundo globalizado. Sin soberanía, sin un Estado de Navarra independiente en Europa y en el mundo, no puede haber democracia para Euskal Herria ni para el resto de naciones de su entorno, comenzando por España y Francia.

La capacidad de imaginarnos en tal situación es un paso de gigante para el logro de nuestra libertad. El siguiente será la concreción política de tal ilusión. Si la consideramos posible, la desearemos con más fuerza. Nuestra sumisión a los retardatarios y antidemocráticos estados español y francés la convierte, además, en una necesidad.

¡A por ella!

Lortuko dugu!

Nous i arriverons!

¡Viva Navarra libre!